Poco o nada puede seguir como hasta ahora en el gabinete del presidente izquierdista de Chile, Gabriel Boric. Partidos políticos aliados del mandatario ya lo expresan sin filtro y la ciudadanía también. O hay un giro de las piezas que conforman su administración o el derrumbe de su gobierno arrastrará al proyecto constitucional que el próximo 4 de septiembre se someterá a un plebiscito.
No hay más opciones para Boric. Los desaciertos de su tren Ejecutivo para manejar los asuntos relacionados con la seguridad, el orden público, el conflicto mapuche, así como la inflación, tensan la percepción sobre las competencias de quienes lo integran. Las encuestas lo reflejan. El ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Giorgio Jackson y la ministra de Interior, Izkia Siches, destacan entre los peores evaluados por la colectividad con 43 % y 34 % de aprobación. El presidente lo admite y reconoce que su «equipo de gobierno debe estar disponible para mejorar» sin precisar cómo o cuándo.
Pero “hay una falla sistémica del equipo político, que quedó acéfalo desde la caída en desgracia de la ministra Izkia Siches, quien nunca logró ponerse de pie y recuperar el liderazgo y la gravitas que la llevo a la jefatura del gabinete” resalta el abogado y exdiputado Jorge Schaulsohn en su columna de Ex-ante, quien además revela que “la ausencia de una ministra del interior empoderada ha sido una sangría permanente que afecta la coordinación y el desempeño del gobierno debilitando al gabinete en su conjunto” cuyo “vacío de poder” lo llena el denominado “segundo piso” de La Moneda, una “fuente inagotable de conflictos internos e intrigas que terminan en el escritorio del presidente.