El lunes 4 de julio la Convención Constitucional chilena entregó el texto final del borrador de la eventual nueva Constitución. Se esperaba que la ceremonia comenzara a las 10 de la mañana, no obstante, inició con un retraso de 35 minutos. Así, a las 10:35 horas, la presidente de la Convención dio inicio, con frases en mapuche, a la ceremonia de cierre. Sin embargo, los discursos develan la intención de limpiar la imagen del proceso constituyente, como también el hecho de cantar dos veces el himno nacional.
La ceremonia de cierre de la Convención Constitucional (CC) se realizó en el Palacio Pereira, que fue la sede del Congreso chileno entre 1876 y 1973, y sede de la CC. Tras las palabras de apertura de la presidente de la CC, se entonó débilmente el himno chileno por los presentes, momento en que se observó a convencionales e invitados con símbolos políticos (como el uso del pañuelo verde abortero, el alzamiento del puño izquierdo y mascarillas LGTBQ+). De fondo, se escucharon gritos que decían “revolución”, cuando se cantaba la última estrofa del himno. Mientras tanto, el presidente chileno, Gabriel Boric, aún no llegaba a la ceremonia.
En seguida, el vicepresidente de la Convención Constitucional, Gabriel Domínguez, dio su discurso de cierre, instalando una narrativa populista. Pues, sostuvo que, a propósito de que es homosexual, se enorgullecía de la propuesta constitucional porque incluye a las disidencias sexuales, a los neuro diversos, a los pueblos originarios, a personas con discapacidad, a las mujeres, a los ancianos y niños, porque según él han sido excluidos. Además, indicó que el proceso constituyente fue una “luz entre la oscuridad”. No obstante, reconoció que no era una varita mágica y que no solucionará los problemas de los chilenos, pero lo importante, a su juicio, es que es un texto “soberano”, escrito por el pueblo de Chile.