Sobre las 11:00am de este martes 5 de julio, el aparato represivo asiduo al régimen comunista de La Habana comenzó una escalada represiva y de amenazas contra el periodista Iván García, corresponsal de DIARIO LAS AMÉRICAS en la capital de la isla, y otros comunicadores independientes con el objetivo de sembrar su política de terror ante posibles manifestaciones en el aniversario de las históricas protestas del 11 de Julio.
«Me llamó un oficial de la Seguridad que dijo llamarse Alberto, que tenía interés en una conversación conmigo. Le dije que estaba ocupado. Que me enviara una citación policial. A la hora y media se apareció con un aparataje: una patrulla y dos motos con cuatro oficiales. Me llevaron para la unidad de Aguilera, en Lawton. Me hicieron esperar casi una hora y media por la llegada de un oficial superior que dijo llamarse Marvin. El asunto era sobre el 11 de julio. Tienen mucho miedo. Quieren que no me mueva de la casa. Me dijeron que de incumplir esa orientación me podrían detener. Aseguran que se esperan actos de provocación de la contrarrevolución. Aproveché para soltarle mi descarga. Que están más desorientados y despistados que un nórdico en La Habana. Que desde hace tres años al menos, el oponente no es la disidencia, desinflada por el goteo migratorio. Que el descontento y los que reclaman cambios son los cubanos de la calle. Contra eso no se puede, les dije. Que podrán ganar tiempo y retardar las reformas, pero los cambios ya están en camino» denunció García.
«Me advirtieron que el próximo once de julio no saliera de mi casa. Le dije, amablemente, que mi casa no es un calabozo. Entonces me amenazaron con detenerme todo el día si salgo. La conversación, diría el interrogatorio, duró aproximadamente una hora y cuarenta minutos», enfatizó García.
No es el primer hecho que demuestra que la dictadura tambaleante se muestra temerosa y temeraria ante el creciente descontento social.
«Apenas les dirigí la palabra. Los escuché en silencio. Y cuando me pidieron mi opinión les dije que estaban más despistados que un nórdico en La Habana. Que la disidencia ni el periodismo independiente son las causas u origen de las protestas del gobierno pasado 11J. Que desde hace un tiempo es el descontento ciudadano y el pésimo manejo de la economía del país el culpable del amplio descontento contra el régimen» sostiene en conversación directa con DIARIO LAS AMÉRICAS, García.
Los tentáculos de los represores castristas no tienen límite y la desfachatez de sus acciones gozan de una aparente impunidad: «Me hicieron saber que el trabajo que hago está prohibido por las leyes del régimen. Que DIARIO LAS AMÉRICAS no está acreditado ni tiene permiso del centro de prensa internacional para trabajar en Cuba«, entonces García increpó que «Les dije que escribir mi opinión sobre el desastre del modelo económico y político cubano es un derecho recogido en la carta de los Derechos Humanos de la cual Cuba es signataria desde 1949».
De acuerdo con el Observatorio Cubano de Conflictos en su informe sobre el mes de junio, en el que documentó un incremento de las protestas sociales en todo el país que reseña DIARIO DE CUBA. De acuerdo con el documento, «la peor pesadilla del Gobierno no debiera ser que tenga que enfrentar ‘otro 11J’, sino, entre otras posibilidades, una rebelión masiva que esté dispuesta en esta ocasión a recurrir de forma parcial a acciones violentas en un contexto agravado por el posible quiebre de algunas cadenas de mando militar».
El Observatorio advirtió que, si bien el nerviosismo del régimen se incrementa ante la proximidad del primer aniversario del 11J, su falta de respuesta a las demandas hechas públicas en las calles por la ciudadanía supone un riesgo mayor para la gobernabilidad en la Isla.
«Desde el 11 J el régimen ha demostrado con su inmovilismo que no entendió que el consentimiento popular al sistema se había agotado. Y lo más peligroso: ha enviado un claro mensaje a la ciudadanía de que no sabe discutir y resolver de manera pacífica la situación teniendo como norma recurrir a la violencia frente a sus demandas», advierte el informe.
El Observatorio recuerda que en los últimos meses se produjeron incendios en almacenes y entidades estatales, medios de transporte público y casas de tabaco; las vidrieras de tiendas en MLC y oficinas de empresas como ETECSA han sido apedreadas; los carteles con consignas anti régimen aparecen casi a diario; todo coronado por la explosión que redujo a escombros el Hotel Saratoga de La Habana, con un saldo de 49 víctimas mortales, un suceso que la versión oficial calificó como accidental, si bien los resultados de la investigación sobre lo ocurrido no han sido revelados.
De acuerdo con el Observatorio, las 258 protestas de junio en las 15 provincias de Cuba y el municipio especial Isla de la Juventud, que superaron en 11 a las del mismo periodo de 2021, indican que el régimen continúa creyendo que «sin resolver el infierno de la vida cotidiana va a impedir nuevas rebeliones cortando las comunicaciones entre los potenciales insumisos».
Entre los territorios, La Habana fue otra vez la provincia con mayor concentración de protestas (81), seguida por Camagüey (19), así como Holguín y Villa Clara (18, respectivamente). Sin embargo, en todas las provincias hubo un incremento de las protestas.
Además de los apagones, el informe hace referencia a lo que denominó «el efecto Amelia», derivado de la directa que hizo la madre cubana Amelia Calzadilla exigiendo al régimen una vida digna para los cubanos, en un video que se hizo viral.
Esta semana trascendió de igual forma que Cuba volvió a quedar como uno de los peores países en América Latina en cuanto a libertad de prensa, según el libro Índice Chapultepec de Libertad de Expresión y Prensa de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), acorde al portal web CubaNet.
En el informe, que recoge los resultados de dos años de medición en 22 países de Latinoamérica, la Isla recibió una evaluación de 11,11 puntos sobre 100. Solo Venezuela fue calificada peor que Cuba (5,71 puntos). Mientras que Nicaragua recibió 17,20 puntos.
Este resultado en Cuba es consecuencia de la aplicación del Decreto-Ley 370 para censurar la crítica a la política del Estado, y del Decreto-Ley 35, que legaliza la censura en la Isla, explica el documento.
Además indica que “en el período de agosto de 2020 a junio de 2021, los periodistas independientes, artistas, activistas por los derechos humanos, y todo aquel que ejerce la libertad de expresión y prensa en Cuba, continúa siendo víctima de persecución, acoso, actos intimidatorios, confiscación de equipos de trabajo y represión…, en una clara violación del artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos”.
“A pesar de los esfuerzos de voces disidentes, el país se mantiene bajo un régimen totalitario que ha controlado la nación por décadas. (…) El periodismo independiente se hace cada vez más difícil, porque el Estado limita a los ciudadanos que quieran acceder a la información pública, y por los riesgos que enfrentan los trabajadores de la prensa debido a la persecución y la criminalización de expresiones que sean críticas a la política del Estado”, apunta también la investigación.
Este martes, durante el análisis de la segunda edición del Índice, Carlos Jornet, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información de la SIP, manifestó que el pasado año la SIP realizó misiones virtuales a Cuba y Nicaragua para obtener más información sobre la represión.
“En el caso de Cuba, la misión fue posterior a las protestas del 11 de julio del año pasado y permitió conocer en detalle la acción represiva desplegada por el régimen de Miguel Díaz-Canel y, consecuentemente, denunciarla, para mantenerla instalada en la preocupación internacional. Creemos que es un factor clave para que con los ojos de la opinión pública internacional puesta sobre un país, se pueda frenar o al menos morigerar el clima represivo o de censura en un país”, precisó Jornet durante el encuentro digital organizado por la SIP.
En abril pasado la Sociedad Interamericana de Prensa denunció la represión contra periodistas independientes en Cuba, incrementada en el último año.
Durante su Reunión de Medio Año, presentó un informe sobre las violaciones a la libertad de expresión en la Isla, en el que planteaba: “La epidemia que más afecta al país es la represión, que repuntó en el último semestre con severas condenas para los ciudadanos que participaron de las protestas del 11 de julio de 2021”.