Hace poco más de un año, el 12 de julio de 2021, un día después de las sonadas protestas ciudadanas en Cuba, cientos de personas salieron a las calles reclamando libertad en el barrio marginal de La Güinera, a 35 minutos en automóvil del centro de La Habana.
La marcha se dirigía rumbo a la unidad policial de la zona, cuando fuerzas del orden comenzaron a disparar a mansalva. Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años, fue ultimado a balazos por la espalda, de manos del subteniente de la policía Yoenis Pelegrín Hernández, de 29 años, oriundo de Guantánamo.
Además de la muerte de Laurencio Tejeda hubo cinco heridos en las protestas de La Güinera. El periodista independiente de Diario de Cuba Waldo Fernández Cuenca reporta que, según los familiares de Tejeda, el policía que lo mató está libre y ocupa el cargo de jefe de sector en la barriada de Mantilla, en el mismo municipio de Arroyo Naranjo.
Aunque en septiembre del año pasado, informa Diario de Cuba, un abogado cercano al caso aseguró que la Fiscalía Militar había abierto el expediente 87/21 para instruir de cargos por homicidio y lesiones al agente Pelegrín, el mismo jurista aseguraba tres meses más tarde que el oficial continuaba en libertad.
Impunidad
De acuerdo con una fuente del Tribunal Provincial de La Habana, los agentes que en 2021 mataron a dos jóvenes, uno de la barriada de Guanabacoa, al sureste de la capital y el otro en Pinar del Río, “no han sido sancionados, porque la fiscalía argumenta que fue en defensa propia”. La fuente también cree que “hay un 99% de posibilidades de que el policía que asesinó a Zidan Batista Álvarez, de 17 años, en Santa Clara, provincia de Villa Clara [el 1ro de julio de este año], tampoco sea sancionado. Una impunidad absoluta”.
El sábado 16 de julio, durante una bronca en una cola para comprar aceite y salchichas en el reparto Las Guásimas, poblado de Managua perteneciente al municipio habanero de Arroyo Naranjo, resultaron golpeados una mujer embarazada y un adolescente. Cuenta el periodista independiente José Fornaris, que “el suceso ocurrió en una tienda que está muy cerca de mi casa. La mujer embarazada vivía en un albergue (así son conocidos los lugares que acogen a personas que han perdido sus viviendas). Al muchacho, golpeado salvajemente, se lo llevaron arrestado. La gente está muy molesta con el uso excesivo de la fuerza, sobre todo si trata de una gestante y un menor de edad. Hay algo que no sale en los videos subidos a internet. Y es que cuando a la embarazada la llevan al policlínico, decenas de personas la acompañaron y en el trayecto, una patrulla se atraviesa para impedir el paso. Varias personas comenzaron a golpear el parabrisas del auto policial e intentaron voltearlo”.