a Reserva Federal estadounidense (Fed, Banco Central), anunció este martes la cuarta alza consecutiva de sus tasas de interés, en 0,75 puntos para llevarlas a 2,25-2,50%, y prevé continuar este movimiento ante una inflación que sigue alta y en medio de una silenciosa recesión.
«Los indicadores de consumo y producción se moderaron visiblemente. Pero la creación de empleo siguió robusta en los últimos meses, y la tasa de desempleo sigue baja», resumió el Banco Central al anunciar su decisión sobre los tipos de interés.
Se trata de la cuarta alza consecutiva de las tasas directrices del organismo: un cuarto de punto fue lo que subieron en marzo, medio punto en mayo, y tres cuartos de punto porcentual en junio, hasta entonces el mayor incremento desde 1994.
El FOMC «anticipa que nuevos incrementos de tasas directrices serán apropiados», precisa el comunicado, en el que señala que el organismo permanece «muy atento» a los riesgos inflacionarios.
La decisión fue adoptada unánimemente por los 12 integrantes del FOMC con derecho a voto, en una reunión que por primera vez desde 2013 tuvo a todos los miembros de este organismo de la Fed reunidos, sin faltas.
Se espera que la agresiva postura de la Fed, bastante tardía desde el 2021, comience a enfriar la inflación que supera el 9% en el acumulado de junio, la más alta en más de 40 años, sin descarrilar la mayor economía del mundo.
El costo de las erradas políticas económicas de Biden
El presidente Joe Biden está pagando el costo político del aumento de los precios, que achaca a la guerra de Rusia en Ucrania, pero que es una afirmación falsa y política para justificar lo que su propio gobierno creó con la guerra a la industria estadounidense del petróleo y sus más de 70 órdenes ejecutivas desde su llegada a la Casa Blanca, casi todas para revertir los éxitos económicos del expresidente Donald Trump.
Cuando comenzó la guerra en Ucrania, el precio del petróleo en Europa estaba por encima de los 100 dólares y en EEUU entre 94 y la barrera de los dólares, incluso en dos ocasiones superó esa cifra antes del comienzo del conflicto bélico.
Biden, con índices de aprobación extremadamente bajos, apoya a la Fed hasta en su inacción durante 11 meses. Biden insiste en que la economía estadounidense no se encuentra en una recesión y la evitará.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, sin una salida inmediata a la crisis ha dejado claro que optan por una agudización de la recesión y que seguirán subiendo las tasas de interés hasta que vean evidencias claras de que la inflación cede con solidez hacia la meta del 2%.
Se espera que el comité de política monetaria (FOMC) anuncie otra subida de tres cuartos de punto porcentual en la tasa de interés de referencia al final de su reunión de este miércoles.
En cero a principios de año, la Fed elevó la tasa de interés de referencia a un rango de entre 1,50 y 1,75%, provocando un aumento de las tasas hipotecarias, lo que ha frenado la venta de viviendas durante cinco meses consecutivos.
Los economistas afirman que este ha sido el ciclo de endurecimiento más agresivo de la Fed desde la década de 1980, cuando la estanflación -estancamiento de la economía y espiral de precios y salarios- paralizó la economía estadounidense.
El reto es sofocar la inflación que se ha afianzado, sin profundizar la recesión que padece la mayor economía del mundo desde la pandemia, a pesar de que la prensa y analista afirman lo contrario
Mientras crece la inflación, los precios de la vivienda han comenzado a descender de forma visible, lo que pudiera permitir a la Fed reflexionar sobre las demás alzas de tasas.
Los precios mundiales del petróleo han cedido, con el barril de referencia estadounidense WTI por debajo de los 95 dólares desde su máximo de más de 123 dólares en marzo, pero esto no significa que no escalen nuevamente por encima de los 110 dólares.
El precio de la gasolina en los surtidores de EEUU bajó 69 centavos desde el récord de algo más de 5 dólares el galón a mediados de junio, pero no ha sido por la medidas del gobierno, sino por el ahogamiento de los consumidores estadounidenses después de año y medio con precios altísimos en todos los productos.
Cae la demanda, el motor de la economía norteamericana
En tanto, el mercado laboral no muestra signos variables, la demanda de los consumidores ha comenzado a caer de manera notable.
A pesar de que la prensa liberal no se refiere a eso, las empresas siguen en la crisis de empleo y sin poder cubrir los más de 11 millones de puestos de trabajo disponibles en EEUU.
Los responsables de la política monetaria quieren diseñar un «aterrizaje suave», que frene la inflación sin provocar una recesión, pero los economistas advierten que el camino para lograrlo es cada vez más estrecho y que sería fácil excederse de ser muy agresivo.
«La Fed está ahora atrapada entre la espada y la pared para salir de la situación sin afectar la economía», dijo la economista jefe de KPMG, Diane Swonk, en una nota de análisis.
La presidenta de la Fed de Kansas City, Esther George, discrepó en la reunión de junio, al señalar que prefería un menor aumento de tasas, de medio punto, y advirtió que ir demasiado rápido podía ser «inquietante».
El PIB del primer trimestre se contrajo un 1,6%, y se prevé que el jueves se publique la primera lectura del periodo abril-junio. Aunque las previsiones de consenso apuntan a un crecimiento modesto, muchos economistas esperan un retroceso.
Dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo se consideran técnicamente una recesión, aunque ese no es el criterio oficial. No pocos economistas en EEUU comparten la idea de que ese medidor es demasiado simple en los tiempos actuales, donde las economías se han vuelto más complejas con la llegada de la tecnología digital moderna, la alta competitividad y la aceleración del desarrollo económico.
Christopher Waller, uno de los gobernadores de la Fed, dijo que estaba preparado para actuar incluso más rápido, con un aumento inédito de un punto porcentual si la inflación seguía acelerándose.
Swonk estimó que la Fed «está en aguas inexploradas», por lo que «la incertidumbre y el desacuerdo sobre el curso de las subidas de las tasas es una consecuencia natural».
Fuente: Diario Las Américas.