La nueva política, un doble discurso. Se prometió al pueblo respetar la Constitución y la ley, sin embargo, los “juegos” para la escogencia del nuevo Contralor General de la Nación dejaron en evidencia que ese ofrecimiento no se cumplía. Se aseguró luchar contra la corrupción y el día de la elección, según lo informaron los medios de comunicación y el video que circuló por las redes, al quedar un micrófono abierto se oyó decir a uno de los asistentes “¿están comprando votos? Y quien lo creyera, aún quienes habían suscrito un comunicado apoyando otra candidatura cerraron filas en torno al candidato de la Casa de Nariño. Todos quedaron unidos por sus intereses particulares, pensaron más en ellos mismos que en la Patria. Las banderas y discursos de campaña desaparecieron y terminaron abrazados y felices por lo conseguido con las “prácticas” que tanto criticaran días atrás.
La transformación era solo fórmula para atraer incautos, como ya lo había dejado saber Clara López en una grabación que circuló profusamente «uno puede prometer algo para llegar a la presidencia y después de obtenerla decir que cambió de opinión». Pensábamos que sería más tarde que temprano que se conocería la verdad de la naciente política, pero se supo de manera inmediata. Decepción total, particularmente para quienes confiaron en el cambio. Incomprensible les resulta que este y otros sucesos puedan producirse a escasos días de la inauguración del gobierno Petro. Mal mensaje al electorado de estos políticos que obligan a la oposición a consolidarse como movimiento cívico y de rechazo y no como movimiento político. La clase política continúa desencantando.
En esa misma línea se encuentran las argumentaciones expresadas frente al proyecto de Jota Pe Hernández de reducir los beneficios laborales de los congresistas, entre ellos, varios insignes representantes del Pacto Histórico, la misma Clara López, Isabel Zuleta y María José Pizarro, pero el proyecto de reforma tributaria que afecta a los empresarios y a la mayoría de los ciudadanos para conseguir “recursos” seguirá su curso con mensaje de urgencia, según se anunció, además de la creación de más burocracia como es la proposición de Petro de tener dos nuevos ministerios. El país lo que necesita es austeridad.
Por otra parte, en el pre-balance de estos primeros días de gobierno lo que se advierte es improvisación y arrogancia. Sin otorgarle la importancia que merece la empresa líder de los colombianos se escucha que se pedirá la renuncia de ejecutivos directivos. ¿Será por el afán de llevar a los integrantes de la USO a la junta directiva de Ecopetrol?. ¿Será que sí se va cumplir con el manual del gobierno Corporativo?. Se suman los desaciertos de la ministra del ramo, con una iniciativa traidora a los intereses del país, los que no pueden ser aceptados. De impulsarlos, se importaría el gas de Venezuela, encareciendo este producto, lo que perjudica los intereses nacionales y particularmente los de la clase menos favorecida que es la que mayormente lo utiliza como combustible doméstico.
En este corto tiempo de gobierno los colombianos hemos quedado aterrorizados con el trato que les dio a las FFMM y de Policía. Primero, el ministro que para esa cartera designó y luego, de un plumazo, llamaron a calificar a 52 altos oficiales que pasaron a retiro. No hay antecedente de un hecho similar. Todo el tiempo y los recursos invertidos en su preparación y formación se desperdiciaron. Y el propio mandatario de los colombianos dejó saber que su decisión era injusta.
¿Qué lectura pueden hacer los colombianos de este hecho? Pero no le bastó con ser injusto. Quizás como una nueva estrategia está la de no presentarse a actos oficiales. Al reconocimiento de la nueva cúpula no asistió, dejando plantados a todos, militares e invitados. A posteriori presentó nimias y contradictorias excusas, las que no sólo no son creíbles, sino que en manera alguna justifican ese proceder. Ese desplante en realidad deja conocer su actitud por las FFMM y de Policía. Al parecer optó por reunirse con el asesor cubano Carlos Rafael Zamora Rodríguez de quien se conoce la animadversión que les tiene a los militares.
Desafortunadamente tenemos que decir que el presidente ha mostrado también otras formas de desprecio a las FFMM y sus integrantes, como, por ejemplo, referirse a los militares secuestrados como «retenidos», es en verdad despectivo e insultante, irrespetuoso y desde luego, mentiroso.
Prescindir de la alta oficialidad obliga a preguntarse si la seguridad nacional se verá resquebrajada y expuesta. ¿Los manuales y la distribución territorial en Brigadas y Divisiones han sido tenidas en cuenta? Al final del día desechar la experiencia lleva a los altos cargos a personas que están aún en fase de preparación. Por supuesto, son más las desventajas que tiene que las oportunidades que presenta llevar a un nuevo Ministerio a la Policía Nacional. Se regresa al pasado.
Para mayor agravio al tiempo de escribir esta columna se conoce el nombramiento del nuevo director de Inteligencia Nacional (DN)I, Manuel Alberto Casanova, ex M-19 y cercano a Gustavo Petro. En este caso, a diferencia de lo que ocurrió con los mandos militares, se obvio que tiene procesos disciplinarios abiertos y una queja por acoso laboral que cursa en la Procuraduría. Dado su pasado como subversivo de M19 se puede considerar que no habrá garantías para la oposición. Recordemos la que se hizo durante el gobierno Duque al nombramiento de Claudia Ortiz en la UNP, nombramiento que “tumbaron”. Pero ahora a nadie en el gobierno le preocupa el pasado de este señor y su perfil es perfecto para organizar una policía política al estilo de siniestros regímenes.
Pero si no bastara con esa designación también ingresa al grupo de los puestos claves otro exmilitante, y hombre bastante cercano al Presidente, Augusto Rodríguez en la Unidad de Protección UNP.
Capítulo aparte merece la Reforma Tributaria que hace trámite en el Congreso con mensaje de urgencia. Se dijo y se repitió hasta la saciedad durante la campaña electoral que solo los más ricos serían gravados con nuevos impuestos. Ahora se ha visto que no hay tal, las clases media y baja se verán muy afectadas según todos los análisis. Lo propio va ocurrir con el aumento de impuestos al sector agropecuario.
Dado que la evasión se estima en 80 billones de pesos se ha considerado que si se trabaja en esa dirección no resulta necesaria una reforma tributaria. Así lo estableció el ministro de Hacienda del gobierno anterior, quien cerró con laureles su gestión al lograr que Colombia fuera la economía que más creció en el mundo 12.6%. Pero la negativa a tener en cuenta datos objetivos nos muestra la intención de pauperizar al país. ¿Será ese el cambio prometido? O cambió el rumbo.
Pildorita: continuando con las sorpresas nos enteramos esta semana de que la ministra de Agricultura ha radicado un proyecto de Acto Legislativo que busca modificar el artículo 64 de la Constitución. El proyecto remite a una resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU de septiembre de 2018. Allí se hace una «Declaración sobre los derechos de los campesinos y de otras personas que trabajan en las zonas rurales «. ¿Qué se busca con esto? ¿Los finqueros acaso ya no son campesinos?
Fuente: Panampost