La oficina de la ONU para los Derechos Humanos ha denunciado las «graves» violaciones cometidas por el régimen de Nicaragua, un país donde la situación «continúa deteriorándose» a pesar de los reiterados llamamientos internacionales para que cese la represión de la disidencia.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas ha divulgado un informe en el que reclama la excarcelación «urgente» de las personas detenidas de forma arbitraria, ya que la oficina que ha encabezado hasta finales de agosto Michelle Bachelet está «particularmente preocupada» por la situación de todas ellas.
La ONU tiene registrados al menos 195 casos, de los cuales medio centenar corresponden a personas encarceladas en los meses previos a las elecciones de 2021 y que han recibido ya condenas de hasta 13 años de cárcel «sin un debido proceso». Al menos 29 de estas personas continúan detenidas en un centro policial «en condiciones presuntamente inhumanas».
Los expertos internacionales han constatado también actos de hostigamiento, especialmente contra opositores políticos, activistas y periodistas, así como contra la Iglesia Católica, como lo demostraría el asedio a varios obispos críticos con la dictadura de Daniel Ortega hayan sido perseguidos.
El espacio de la sociedad civil se ha reducido «drásticamente», con el cierre de más de 1.500 organizaciones defensoras de Derechos Humanos, sólo en lo que va de año, y también se han «intensificado» las restricciones a la libertad de expresión, especialmente con la clausura de al menos 20 emisoras de radio y televisión en lo que va de año.
Además, los ataques a la libertad de prensa han provocado que los trabajadores del principal diario del país, ‘La Prensa’, se hayan obligados a salir al exilio, «sumándose a los 120 periodistas que lo han hecho desde 2018».