Con el anuncio del canje de prisioneros estadounidenses en Venezuela por los sobrinos que Cilia Flores que el país norteamericano condenó en 2016 por tráfico de drogas, saltó una duda central: ¿los narcos suelen estar en la lista de los intercambiables de Estados Unidos?
Y sí, al menos eso es lo que ha sucedido este año con dos intercambios hechos por la administración de Joe Biden. En abril, Washington canjeó al afgano Bashir Noorzai, detenido en ese país por presuntamente contrabandear más de 50 millones de dólares de heroína dentro del territorio nortamericano y Europa, por el ingeniero Mark Frerichs.
Más recientemente, en septiembre, el canje se hizo entre el piloto ruso Konstantin Yaroshenko, detenido en Liberia en 2010 por tráfico de drogas y condenado a 20 años de prisión en 2011, y el exmarine estadounidense Trevor Reed.
Esta es la tercera vez que ocurre en 2022 y los focos están sobre los sobrinos de la primera dama venezolana: Efraín Eduardo Campo Flores, quien también es ahijado de Nicolás Maduro, y Franqui Francisco Flores De Freitas, ambos arrestados en noviembre de 2015 en un aeropuerto de Puerto Príncipe, en Haití, a donde arribaron a bordo de un avión Citation YV-2030 cuando intentaban transportar un cargamento cocaína a Estados Unidos. Al año siguiente, fueron condenados a 18 años de cárcel por conspiración para traficar droga, así como manufacturar y distribuir cocaína en Estados Unidos.
El periodista y consultor en seguridad nacional estadounidense, Douglas Farah, opinó que, pese a estos antecedentes, no es común que estas operaciones incluyan a personas que han cometido delitos vinculados al tráfico de estupefacientes.
«Es inusual, para un narco ya condenado, ser intercambiado. Más allá de Yaroshenko y Noorzai, es poco común», afirmó Farah. Biden, continuó, demuestra así «mayor flexibilidad al considerar el intercambio de narcos convictos», acotó.
El analista afirmó que el presidente estadounidense busca llevar a casa a los rehenes americanos y también necesita petróleo, en medio de la crisis por la Guerra en Ucrania. «Por esa razón, Biden está más dispuesto a hablar con el régimen de Maduro«, completó.
Farah pone la lupa sobre otra transformación a tener en cuenta. «La región ha cambiado dramáticamente. (Gustavo) Petro en Colombia, (Gabriel) Boric en Chile, y probablemente el regreso de (Luiz Inácio) Lula a Brasil. Hemisféricamente no se puede aislar a Maduro ya. Pasó el momento. Es parte, creo, de una reorientación de la política dada la nueva realidad en el continente y cambios en Washington», concluyó.
Esta es la segunda vez que los familiares de la primera dama se benefician de los acuerdos alcanzados con Estados Unidos. La primera vez fue con el retiro de sanciones del Departamento del Tesoro a Carlos Erik Malpica Flores, el extesorero de la nación conocido como el “sobrino favorito” de Flores.