Chile no crecerá el próximo año. Según proyecciones del Banco Mundial, tendrá el peor desempeño de todos los países de América Latina y su desempeño es solo comparable con Haití. Además estamos con el gobierno menos preparado en temas económicos de los últimos 40 años.
Desde el año 2013 la economía chilena tiene permanentes déficits fiscales y estos se proyectan hasta el 2024 o 2025. Su tasa potencial de crecimiento no supera el 2 %. Sumado a esto, existe una inflación histórica que no cede ante constantes alzas de tasas de interés del Banco Central.
Ante esto, Chile posee un gobierno amateur en temas económicos, quienes incluso quieren aumentar el gasto a través del presupuesto, hacer una reforma tributaria que es una bomba para la inversión y el ahorro, reforma de pensiones y siguen con la estupidez de la nueva constitución. Es decir, más incertidumbre, más gasto y cero preocupación por una profunda crisis económica ajena totalmente de la clase política.
Es muy difícil proyectar el aumento del desempleo para el próximo año, hay 500.000 empleos perdidos y podríamos acumular al menos otros 500.000 el año 2023. Paradójicamente, desde que asumió Boric hay 8200 contrataciones de parientes de políticos.
Si a esto le sumamos la nula respuesta del Estado en temas de seguridad y el aumento de la delincuencia, estamos en una situación económica y social tremendamente compleja.
El mercado laboral comienza a resentir el impacto. Muchos contratos de honorarios a plazo fijo, así como mucha informalidad, hará que muchos estén trabajando en negro. Es decir, sin salud ni ahorros en las AFP.
Los políticos deben ajustar el presupuesto, reducir el gasto y terminar con la farra. De lo contrario, y no siendo pesimista, se podría provocar un inminente descontento social en los sectores medios, así como en los más vulnerables.
Una economía otrora catalogada cómo un milagro económico, está en su peor momento histórico y los políticos no logran dimensionar la catástrofe. Al parecer la colonia más pobre de España y el país que más redujo la pobreza en el mundo perdió definitivamente el norte, desde el segundo gobierno socialista de Bachelet.
Con estanflacion no hay espacio para reformas tributarias ni nuevas constituciones, no es viable incorporar aún más incertidumbre a la economía chilena. Ya el daño provocado por el proceso constituyente ha sido enorme.
El ministro de Economía, Nicolás Grau Veloso, al igual que su par de Hacienda, Mario Marcel, no dan el ancho para el tamaño de la crisis. El actual presidente, Gabriel Boric, es además un completo analfabeto en temas económicos. El panorama es muy oscuro y no se da señal alguna de revertir de alguna forma o al menos aminorar la inminente crisis.