La Organización de Estados Americanos (OEA) equivale a un cuerpo de bomberos en la región en este momento y esto no pasa desapercibido para instituciones que detectan la forma que tiene este organismo de fungir como una especie de salvadidas para una imagen y gestión tan endeble como la de Pedro Castillo. Es por ello que el Foro Madrid, principal alianza internacional que hace contrapeso a los focos de izquierda en el mundo, criticó esta posición del ente que hoy representa de otrora canciller uruguayo Luis Almagro.
Los reclamos del Foro Madrid cobran fuerzas, cuando se ve como esta instancia intenta sofocar el incendio político que rodea al mandatario peruano, quien está inmerso en investigaciones por presunta corrupción, para también contener la hoguera de ingobernabilidad que existe en Perú y se ha acentuado en los últimos dos años.
Sin embargo, las consecuencias de un error en las maniobras tendría un alto costo, pero el Consejo Permanente del organismo multilateral está dispuesto a asumirlo, con la aprobación de la resolución de “respaldo a la preservación de la institucionalidad democrática y la democracia representativa en el Perú”.
No es una iniciativa espontánea de la OEA, sino la respuesta a la petición de ayuda hecha por Castillo y su canciller, César Landa. En conjunto se solicitó la activación de la Carta Democrática Interamericana argumentando que el Congreso y el Ministerio Público pretenden “alterar” el orden democrático mediante las mociones de vacancia por incapacidad moral y las averiguaciones en su contra por presunta colusión y tráfico de influencias.
¿Son ciertas las sospechas de Castillo o una estrategia para dilatar los procesos judiciales en su contra? A Luis Almagro, secretario general de la OEA le corresponde despejar la interrogante con la resolución de cuatro puntos aprobada.
Una instancia a favor
La dirección que podría tener el proceso parece claro considerando que el primer punto de la resolución expresa su “solidaridad y respaldo al Gobierno democráticamente electo de la República del Perú, así como a la preservación de la institucionalidad democrática”.
Es un espaldarazo a Castillo que oxigena al mandatario cuando la fiscal general, Patricia Benavides, presentó una acusación constitucional con 190 elementos probatorios que sustentarían la participación del presidente en una organización criminal.
La posición de la OEA es favorable a Castillo al pedir que “todos los actores enmarquen sus acciones en el respeto al Estado de derecho” tras recordar que el artículo 2 de la Carta Democrática Interamericana establece que “el ejercicio efectivo de la democracia representativa es la base del Estado de derecho y los regímenes constitucionales de los Estados miembros de la OEA”.
Con acciones
La OEA “brindará apoyo y cooperación al requerimiento del gobierno del Perú, mediante gestiones para promover el diálogo y el fortalecimiento de su sistema democrático” mediante un “grupo de alto nivel” conformado por representantes de los Estados miembros de la OEA que arribará a Lima “en concordancia con la Carta Democrática Interamericana” para analizar la conflictividad del Ejecutivo, con el Legislativo y Judicial.
Almagro debe conocerla. Visitó a Castillo en diciembre, en la víspera de la primera discusión de la primera destitución en el Congreso. En aquel momento dijo que encontró al mandatario con “una determinación importantísima en combatir la corrupción, fundamentalmente la corrupción que pueda haber en un entorno de Gobierno y durante su gestión”.
¿Mantendrá esta percepción? Es poco probable. ¿Salvará la OEA a Castillo cuando hay familiares y exfuncionarios de su gabinete detenidos y testigos eficaces que vinculan al mandatario con irregularidades en las licitaciones estatales? Sería una hazaña después del fracaso en la mediación en Venezuela. De hecho, el Foro de Madrid condena la intención de Pedro Castillo de blindarse instrumentalizando a la OEA, a través de la cuenta en Twitter.
Tiempo en contra
El presidente del Congreso peruano, José Williams, remitió una carta al presidente del Consejo Permanente de la OEA, Jan Willem, donde asegura que Castillo busca desinformar y sostiene lo sisiguiente: “Me preocupa que el presidente Castillo esté usando un mecanismo como la Carta Democrática para obstaculizar las seis investigaciones penales que pesan en su contra. El mandatario debe saber que la decisión de la OEA no va a afectar los procedimientos que se llevan a cabo en el Congreso”.
Almagro tiene el tiempo en contra para emitir una conclusión. En la agenda del Congreso está la tercera moción de vacancia en debate y quizá sea la vencida. Por un lado, el diputado independiente, Edward Málaga, comenzó la recolección de las firmas para captar los 87 votos necesarios que requiere la destitución mientras el hemiciclo evalúa también la posibilidad de suspender a Castillo por ser una decisión que sólo exige 66 votos a favor.
En el Palacio de Gobierno hay ansiedad. El canciller Landa cree que la presencia de la OEA servirá para conocer “una mirada neutral e independiente”, cuando Estados Unidos señala que rendición de cuentas “es vital para un sistema político democrático”.