Es muy común que los integrantes del Foro de Sao Paulo acusen a los Estados Unidos y los capitalistas de censurarlos y perseguirlos. Sin embargo, la realidad, especialmente en los últimos años, muestra lo contrario. Por ejemplo, el portal Amazon no permite que los bolivianos descarguemos libros ―entre ellos, El Impostor― que denuncien a Evo Morales y su dictadura.
Similar situación le sucede a Eduardo Menoni (youtuber venezolano radicado en Colombia). Pues Google quitó sus tres canales de YouTube. ¿Cuál fue la «falta» tan grave que cometió Menoni?
Básicamente, denunciar los crímenes cometidos por Nicolás Maduro y sus secuaces. En palabras del propio Menoni:
Tengo dos años transmitiendo en YouTube. Mi temática se centra en asuntos de la derecha regional y norteamericana. Pero también los derechos humanos de los migrantes venezolanos en Colombia, país que acogió a la mayor cantidad de mis compatriotas. Entre mis tres canales llegué a tener más de 350.000 suscriptores, incluso uno verificado por YouTube. Tristemente, el 8 de octubre, sin tener ninguna advertencia previa ni siquiera una suspensión por faltas, mis cuentas fueron cerradas. La empresa solamente me dijo que había cometido «violaciones» serias a sus políticas. La censura me perjudica de dos maneras. Primero, porque me quedo sin posibilidades de comunicarme con mi público. Segundo, porque me quita mi principal fuente de ingreso.
Es imposible pensar que el cierre de las cuentas de Menoni sea un error. Ya que el mismo día de la censura, en Bogotá, se realizó la reunión de Latamchequea. El evento aglutinó a los principales verificadores de la «verdad» de la región. Cabe anotar que esta Gestapo de las redes sociales ya había advertido sobre el contenido de Eduardo Menoni.
Menoni, imitando lo hecho por Agustín Laje y otros comunicadores de nuestra línea, interpuso una acción de tutela con el fin de garantizar sus derechos fundamentales y para recuperar su voz. Puesto que como ciudadanos digitales debemos vigilar que nuestra libertad de expresión no sea eliminada.
El caso de Menoni debería llevar a preguntarnos: ¿Qué tan libre puede ser un mundo donde las organizaciones criminales como el Foro de Sao Paulo tienen apoyo de las Big Tech?
Miklos Lukacs tiene sesudos escritos acerca del uso de la tecnología 5G como instrumento de localización y control político. Además, nos explica la peligrosa asociación entre los gigantes tecnológicos y el progresismo.
Las redes 5G posibilitan no solo el Internet de Todas las Cosas, sino que ofrecen el soporte técnico necesario para monitorear en tiempo real las actividades diarias de billones de personas. Reafirmar la posibilidad de un estado de vigilancia orientado al control total con el apoyo de tecnologías e infraestructuras mencionadas no es «teoría de conspiración», sino una verdad gigantesca, verificable e irrefutable. Ergo, apoyar casos como el de Eduardo Menoni es proteger nuestra propia libertad de pensamiento.