WASHINGTON — El presidente Joe Biden amenazó este lunes a las empresas petroleras con impuestos más altos sobre sus ganancias excedentes si no trabajan para reducir el precio de la gasolina en el marco de la crisis económica.
Biden, desesperado por su baja popularidad y a pocos días de los comicios de medio término en el que se juega la mayoría en el Congreso, dijo el lunes que es tiempo de que los gigantes del petróleo dejen de «especular con la guerra», en alusión a las ganancias récord de estas empresas mientras los hogares del país luchan contra una inflación galopante ocasionada por las ayudas del gobierno de Biden por la pandemia.
El impuesto extraordinario a las empresas de energía que propone el gobierno de Biden tiene como objetivo combatir los altos precios de la gasolina a pocos días de las elecciones intermedias.
Biden quiere obligar a las petroleras a bajar los precios. «Tienen una oportunidad para hacerlo. Bajar precios para los consumidores en las gasolineras. Si no lo hacen, deberán pagar más impuestos sobre sus beneficios excepcionales y enfrentar otras restricciones», sentenció Biden al hablar con periodistas, y a días de las elecciones de medio mandato en las que su Partido Demócrata se juega el control del Congreso.
Los comentarios del mandatario se producen luego de que los gigantes del sector publicaran ganancias récord gracias a un incremento de los precios del crudo que se disparó tras la invasión rusa de Ucrania.
Los gigantes estadounidenses de los hidrocarburos ExxonMobil y Chevron obtuvieron enormes ganancias en el tercer trimestre, según datos de la semana pasada.
ExxonMobil obtuvo 19.700 millones de dólares, un nivel récord, en tanto Chevron ganó 11.200 millones, apenas por debajo de su récord del trimestre anterior.
«Sus ganancias son ganancias inesperadas de la guerra», recalcó el mandatario estadounidense, agregando que «es hora de que estas empresas dejen de especular» en el marco de la invasión rusa de Ucrania, que ha provocado una subida de los precios de la energía a escala mundial.
Bajo el efecto de la disparada de precios de la energía alimentada por la guerra en Ucrania, también grupos europeos obtuvieron beneficios importantes: Shell ganó 6.700 millones de dólares, TotalEnergies 6.600 y Eni 5.900 millones.
Esta situación contrasta con lo que ocurría hace dos años cuando, en plena pandemia, los precios de la energía se derrumbaban y generaban grandes pérdidas a los productores de hidrocarburos.
«Hay discusiones en Estados Unidos sobre la posibilidad de que nuestro sector vuelque una parte de sus beneficios directamente al pueblo estadounidense», destacó la semana pasada el titular de ExxonMobil, Darren Woods, en una conferencia telefónica. «Es exactamente lo que hacemos con nuestros dividendos trimestrales», sostuvo.
«No llego a creer que tenga que decir esto, pero volcar beneficios a los accionistas no es lo mismo que bajar los precios para las familias estadounidenses», respondió entonces en Twitter el presidente Biden.
Es poco probable que las amenazas de Biden conduzcan a la aprobación de una nueva ley, pero marcan la culminación de meses de debates internos dentro de la Administración sobre cuál puede ser la mejor respuesta a los altos precios de la gasolina.
Biden, que no ha entrado en detalles sobre el posible nuevo impuesto a las petroleras, dijo que trabajará con el Congreso para analizar estas y otras opciones a escasos días de la celebración de las elecciones de medio mandato.