A diferencia de las empresas norteamericanas, alemanas, francesas o italianas, las compañías chinas son una historia completamente diferente. Mientras que los emprendimientos privados de las potencias occidentales, no están atados necesariamente a la política y estratégicas geopolíticas de los países de las casas matrices, las empresas de China son sinónimo de presencia del Estado y del Partido Comunista.
La provincia de Tierra del Fuego es un espacio estratégico de relevancia, ya que es considerada la “puerta de entrada” de la Antártida. Un lugar más que interesante para los intereses de Xi Jinping y compañía. Aunque las autoridades argentinas aseguraron desde el ministerio de Economía en septiembre que ninguna inversión del gigante asiático vulneraría la soberanía nacional, en las últimas horas se incrementaron las versiones que hablan de la construcción de una base naval china en Ushuaia.
Una publicación francesa que se especializa en asuntos estratégicos internacionales aseguró hoy que el régimen de Beijing persuadió al gobernador Gustavo Melella para poder avanzar en el ambicioso plan. Con la presencia de la base en el sur argentino, China se garantizaría la presencia en el paso de los océanos Atlántico y Pacífico, además del “monitoreo” de las comunicaciones en todo el hemisferio.
El hombre que oficiaría de nexo entre el gobernador fueguino y el gobierno de China sería Shuiping Tu, funcionario del PC y representante de la HydroChina Corp para Sudamérica. Consultado por los medios locales, el enviado de Xi Jinping asegura que se siguen “afianzando los lazos de cooperación para el desarrollo de proyectos estratégicos” en la provincia. Como era de esperar, el gobernador Melella le quita dramatismo al asunto y asegura que solamente está negociando “inversiones para el sector hidrocarburífero”.
Un gobernador polémico y una política provincial impresentable
Melella, que ya tuvo varios cuestionamientos por asuntos vinculadas a otras inversiones chinas, consiguió notoriedad nacional por un hecho polémico: fue denunciado por unos trabajadores del sector de la construcción que aseguraron que el gobernador le pedía favores sexuales a cambio de empleo en las dependencias públicas.
Aunque el jefe del Ejecutivo provincial fue electo como independiente, sobrevivió de la mano del kirchnerismo, que lo sostuvo en su cargo. El perfil de Melella actualmente es claramente alineado con Cristina Fernández y compañía. Sin embargo, en la política de Tierra del Fuego no se salva ni la oposición.
En la jornada de ayer, los legisladores del Frente de Todos, pero también los de Juntos por el Cambio, aprobaron una reforma previsional que le permitirá a los empleados públicos fueguinos jubilarse a los 55 años, cobrando hasta el 88% del salario que perciben durante su período de trabajo activo. Un beneficio absolutamente imposible para los trabajadores del sector privado.
Hasta Mauricio Macri criticó duramente a los legisladores de su espacio, a los que equiparó a los kirchneristas. Según el expresidente y referente de JxC, lo que hicieron los diputados de su partido “es una vergüenza”. Panorama poco alentador el que brinda el perfil del gobernador y el cuerpo legislativo en general, sobre todo cuando cuestiones tan delicadas pueden pasar por sus manos.