A la tríada de investigaciones que la Corte Suprema colombiana tiene abiertas contra la senadora Piedad Córdoba, podría sumarse otra más ya que la Fiscalía solicitó investigarla por lavado de activos. Es decir, además de los casos por su vínculos con el testaferro Álex Saab, por ser la ‘Teodora’ de las FARC, según su exasesor, y por supuestamente dilatar la liberación de Ingrid Betancourt y tres estadounidenses secuestrados por la narcoguerrilla; la senadora posiblemente tenga que explicar otros negocios turbios.
El documento que prueba el pedido de la Fiscalía fue obtenido por el portal Semana. Este indica que Córdoba habría sido el nexo para que empresarios de la industria textil recibieran pagos desde Venezuela. La estructura del entramado era amplia, y según dos testigos, la actual senadora —al igual que lo habría hecho con otros negocios— se valió de su amistad con el fallecido dictador, Hugo Chávez.
Todo saltó a partir del juicio contra Alberto «Aby» Aroch Mugrabi, empresario de telas de nacionalidad colomboisraelí, acusado de lavado de activos, enriquecimiento ilícito en favor de particulares y concierto para delinquir. La justicia asevera que en el 2003 este tuvo ingresos por 470 millones de pesos colombianos. El monto se fue incrementando hasta llegar casi a los 900 millones de pesos sin respaldos contables. Ahora, luego de una profunda investigación, sale a relucir que la senadora podría guardar relación con el aumento de esos ingresos.
El modus operandi
“Cuando Aby (Aroch) se enteró de los negocios nuestros de exportación, insistió para entrar y para eso creó la compañía Vital Jeans, y para conseguir que le pagaran exitosamente en Venezuela, se hizo o contrató los servicios de, en ese entonces, la senadora Piedad Córdoba”, confesó el primer testigo y empresario de los textiles Isaac Pérez, en las declaraciones obtenidas por la Fiscalía colombiana.
Pero la actual senadora tenía personas que «hacían el trabajo de campo», reuniéndose con otras personas, así como generales y políticos. Según el testigo, sus nombres son Andrés Vásquez y Mauricio Cárdenas.
Es precisamente Vásquez el antiguo exasesor de Córdoba, quien en febrero de este año revolucionó el contexto político colombiano cuando reapareció y confesó a la justicia la participación de esta en negociaciones por secuestrados de las FARC. Entonces contó cómo, por motivaciones políticas, Córdoba retrasó la liberación de Ingrid Betancourt para impulsar la popularidad del chavismo y el de ella misma.
Al testimonio de Pérez le sigue el de Salomón Bendayan, donde explica que los negocios con Aby Aroch involucraron » decenas de millones». Sin embargo, por tensiones en las relaciones entre Colombia y Venezuela, Córdoba terminó participando.
Ausente en el Congreso
El pedido de investigación contra Piedad Córdoba se emite además porque en otra investigación previa en su contra, ya se tenía registro de movimientos bancarios relacionados con su Andrés Vásquez. Es decir, a la senadora se le complica cada vez más su panorama legal luego de todos los señalamientos que pesan sobre sus espaldas.
De ella no se ha sabido demasiado los últimos meses. En septiembre pasado se supo que se ausentaría del Congreso de la República por casi un mes debido a supuestos problemas de salud. Pero desde que tomó posesión el 20 de julio no había asistido en persona al hemiciclo, sino por videoconferencia.
Luego de 103 días de ausencia se presentó y adelantó que se va a oponer a la reforma política del actual presidente Gustavo Petro. Asegura que es «regresiva y que está volviendo al pasado”. Su declaración no hace más que evidenciar un nuevo distanciamiento con el mandatario izquierdista.