El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha dado marcha atrás a su polémica propuesta de reforma electoral y ha señalado que, en su lugar, el Gobierno mexicano se centrará ahora en una reforma «de tipo legal».
«Qué bien que ya no se va a poder por ahora llevar a cabo la reforma constitucional, pero sí se va a presentar una reforma legal», ha precisado, agregando que es «comprensible» que la «élite corrupta defienda el fraude electoral».
En este sentido, López Obrador ha insistido en que los que están en contra de la medida «están completamente equivocados», ya que la reforma propuesta por el Ejecutivo propone «disminuir el dinero de los partidos», según ha recogido el diario ‘El Universal’.
De esta forma, el mandatario mexicano todavía no da por perdida la iniciativa, pese a las manifestaciones multitudinarias que se han registrado en el país en las últimas semanas, que han elevado el tono político, con un López Obrador llamando «hipócritas» a los manifestantes que salen a las calles.
La reforma electoral propuesta por el mandatario mexicano, que ha causado el rechazo de distintos grupos políticos, contempla cambios para el órgano electoral, que pasaría a llamarse INEC (Instituto Nacional Electoral y de Consultas). Otra de las medidas incluye una reducción en el número de diputados, que pasaría de 500 a 300.