Las izquierdas latinoamericanas viven mintiendo, haciendo énfasis en la desigualdad, la envidia, lucha de clases, los ingresos mínimos y tantas otros «hombres de Paja» para imponer el fracasado modelo socialista. Incluso utilizan de manera peyorativa la expresión «modelo neoliberal», para hacer referencia al exitoso modelo de libre mercado o de libertad económica.
Ningún país socialista ha progresado, ninguno, cero, las estadísticas son lapidarias y transversales. Las economías centralizadas y administradas por el Estado de manera total o parcial jamás producen bienestar, es imposible realizar cálculo económico y se basa en la idea de que un planificador central es quien determina qué debe producirse, la cantidad y los precios. Este planificador central suele ser corrupto o un neófito, o ambas. En Chile y Venezuela, están los exponentes con menor coeficiente intelectual.
Son las economías abiertas y libres las que producen progreso, donde cada individuo, para mejorar su bienestar a través de la cooperación humana, logra maximizar su beneficio satisfaciendo al prójimo con bienes y servicios de mejor calidad a un menor precio. No es por lástima, caridad, solidaridad o altruismo. Son los individuos pensando en sus propios objetivos e intereses lo que produce este milagro.
El origen del comercio coordinado por el sistema de precios produce intercambios de personas que no hablan el mismo idioma, no tienen el mismo credo y es muy probable que jamás se conozcan. En este modelo a través de transacciones libres y voluntarias es donde los individuos realizan intercambios para maximizar su bienestar. No se realizará ningún intercambio que no favorezca a alguna de las partes.
El sistema de libertad económica posee incentivos claros, quien fracasa asume las pérdidas y quienes tienen éxito obtienen el beneficio. Acá no hay espacio para empresarios corruptos o políticos delincuentes.
Son realmente impresionantes los indicadores económicos de las economías libres versus las economías menos libres. Las personas que viven en países con mayor grado de libertad económica viven más años, obtienen mejores ingresos, mayor tasa de natalidad, mejor educación, salud, etc.
Sin embargo, la mediocridad intelectual de algunos electores es el principal aliado del socialismo. Personas que creen que los sueldos los fijan los sindicatos o los pueden fijar los burócratas por decreto de ley. También muchos creen que si la salud, la educación e incluso las pensiones fueran administrados por el Estado, serían mejores.
Lamentablemente en Chile, se fue perdiendo el modelo de libertad económica, por consecutivos gobiernos de izquierda y políticos corruptos y la economía chilena se convirtió en una economía de cárteles, donde abundan los oligopolios y grandes barreras de entrada.