Sería absolutamente ingenuo no relacionar lo que sucederá el martes con lo ocurrido en la tarde del lunes. Utilizando una cadena nacional (transmisión coercitiva mediante todos los medios de comunicación), el presidente Alberto Fernández hizo el último papelón en favor de su jefa, antes que se le cuelgue oficialmente el rótulo de “corrupta”.
En la comunicación, Fernández aseguró que le pidió al Ministerio de Justicia que tome cartas en el asunto en una “investigación” del diario kirchnerista Página/12. Se trata de la supuesta visita de un grupo de jueces, fiscales, representantes del grupo Clarín y funcionarios del macrismo a una de las propiedades del británico Joe Lewis en el sur del país. Aunque no pudo indicar la existencia de ningún delito, y el mismo Fernández habló de “supuestos” en todo momento, el presidente pidió el inicio de las causas penales contra los posibles vinculados a cohechos, percepción de dádivas e incumplimiento de funcionario público.
En otro momento, una información semejante ameritaría las denuncias pertinentes (como ya sucedió hoy) y el inicio de la investigación de los fiscales. Sin embargo, a horas de la condena en contra de la vicepresidente, la intención política de la insólita cadena nacional es clara: ensuciar la cancha y amenazar a la justicia. En este sentido, la exministra de Seguridad Patricia Bullrich aseguró que la maniobra “da vergüenza ajena”. En su opinión se trata de uno de los “intentos desesperados” del oficialismo para eludir a la justicia. “Ni violando la ley podrán ocultar la realidad”, manifestó.
Otro referente de la oposición que se expresó hace instantes fue el jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Su ministro de Seguridad, Marcelo D´alessandro es uno de los mencionados en la filtración a la que hizo mención hoy Fernández. Al respecto, el intendente dijo que se comunicó con su funcionario y que confía en sus palabras. “Como hemos hecho siempre, él y todos están a disposición de la justicia para que ella disponga”, aseguró. Para Larreta, la movida es “una nueva operación del kirchnerismo que recurre a la manipulación de la información y el espionaje ilegal”. Según el jefe de Gobierno, el oficialismo ha intentado “distraer la atención de los temas importantes”.