La lista de deportistas cubanos que buscan dejar atrás la miseria y el hambre de la isla se engrosa nuevamente con la deserción de cinco peloteros, tres de ellos experimentados (Héctor Miguel Ponce, Javier Camero y Edwin Vassell), y dos prospectos sub-15 (Ernest Machado y Erik Matos). Ellos conforman el caso más reciente, pero la lista es larga. Este año huyeron de Cuba al menos 45 deportistas y en la última década la cifra asciende a unos 800.
Ponce, Camero y Vassell, quienes tienen en su historial participación en las Series Nacionales, arribaron a Estados Unidos; mientras que Machado y Matos buscarán oportunidades como profesionales en República Dominicana, según divulga 14 y medio.
«Muy probablemente y con la situación económica reinante en Cuba, la mitad de los integrantes de este equipo termine saliendo del país», subrayó el periodista especializado en béisbol, Francis Romero. Es una pérdida irreparable. Ponce figura como un pícher de referencia del equipo Industriales y, entre 2021 y 2022, participó en el circuito de Italia, donde jugó para el Cagliari y el Brescia. Dejó una marca con un promedio de lanzamiento de 127,2 innings y ponchó a 138 bateadores.
La reputación de Camero es similar tras haber sido clave en el título nacional de Matanzas de hace dos años. Los especialistas se refieren a este jugador como un hombre «explosivo y con garra» sobre el diamante de juego. A sus 32 años, Camero tiene los mismo deseos de Vassell de probar suerte en la liga estadounidense.
Una estampida imparable
El número de deportistas cubanos que ha desertado ya ronda los 800 en la última década y al menos 45 en el transcurso de 2022. Y podría seguir aumentando, considerando que los Juegos Olímpicos de París 2024 están en agenda. Por un lado, la pérdida de campeones mundialistas y grandes prospectos reduce el desempeño de las delegaciones cubanas, y por otro, constituye una oportunidad para los deportistas dejarlo todo y comenzar de nuevo en tierra ajena donde pueden disfrutar de la libertad.
«Veremos una merma en los resultados de Cuba en los Juegos Olímpicos», porque «renovar y reponer las salidas no es fácil cuando un deportista de élite no se forma en cuatro, ocho ni diez años», y «darles titularidad a segundas figuras no es una garantía de éxito inmediato”, pronostica un experto deportivo cubano a France 24 bajo anonimato.
El deseo de fuga se mantiene. En el boxeo también se ve. En cuanto la disciplina conocida como «buque insignia» del deporte cubano logró autorización en mayo pasado que le permitiría medirse en el ring profesional, el doble campeón olímpico Robeisy Ramírez abandonó en 2018 la selección durante su paso por México.
El campeón olímpico y triple monarca mundial, Andy Cruz, quiso seguir sus pasos, pero fue expulsado en julio pasado del deporte cubano, tras un intento de emigrar de manera ilegal en balsa desde la isla.
«Me quiero iiiiir», se leía entonces en una caricatura suya colgada en su cuenta de Twitter, entre otros mensajes con los que expresaba su desesperación por llegar a las grandes arenas de Estados Unidos, donde se disputan los principales títulos del boxeo, pero, sobre todo, se respira libertad.
Reformas sin peso
El régimen castrista, en un intento por frenar las deserciones, aprobó en 2013 que sus deportistas podían ser fichados en clubes extranjeros. La medida ha sido inútil. El voleibolista Robertlandy Simón, quien se fue en 2011, cree que sus colegas seguirán yéndose por razones económicas.
«No tienen la posibilidad de tener una vida plena en nuestro país y esa posibilidad se la dan otros países», asegura. En Cuba, aún «demostrando mucha calidad, simplemente no consigues lo que quieres, tu familia en general pasa mucho trabajo» y «lo que quieres es ayudar», añade Simón, considerado el mejor central del mundo en su disciplina.
Esas mismas razones explican las bajas del equipo de Cuba en el Campeonato Mundial sub-23 de béisbol en septiembre del año pasado, cuando el lanzador Yeinel Zayas abandonó la delegación sin dejar rastro, elevando la cifra de los jugadores cubanos que desertaban a siete, durante el torneo que se disputaba en el estado de Sonora, México.
Los lanzadores Luis Dennys Morales, Uber Mejías y Dariel Fernández, el receptor Loidel Rodríguez, el jardinero Reinaldo Lazaga y Diasmany Palacios, jugador de cuadro, dijeron adiós al uniforme de su país.
Lazaga, Fernández y Palacios se escaparon el mismo día, rompiendo el récord del mayor abandono en una delegación de béisbol cubana después de la partida de cinco jugadores de la Copa de Clubes Campeones en México en 1996.
¿Quiénes serán los próximos deportistas que huirán de Cuba? Pronto las dudas podrían despejarse. El Clásico Mundial 2023 está previsto realizarse entre Japón, Taiwán y Estados Unidos.