WASHINGTON.- La Corte Suprema de Estados Unidos dictaminó el martes que una medida de la era de la pandemia de COVID-19 utilizada desde 2020 para bloquear el ingreso de cientos de miles de migrantes al país debe permanecer vigente.
En un fallo el martes, la Corte Suprema extendió una suspensión temporal que el presidente de la Corte Suprema, John Roberts, emitió la semana pasada.
El fallo judicial, establecido por cinco votos contra cuatro, acepta, al menos temporalmente, una petición de 19 estados que alegaron que se verían desbordados por la llegada de migrantes si se levanta la norma del denominado Título 42 y se abre la frontera.
El gobierno federal pidió a la Corte Suprema que rechazara la postura de los estados, aunque también reconoció que poner fin a las restricciones de forma abrupta probablemente provocaría “trastornos y un aumento temporal de los cruces ilegales de la frontera”.
En marzo de 2020, el gobierno del republicano Donald Trump (2017-2021) activó este instrumento sanitario para poder expulsar sin demora a los migrantes que ingresaban sin permiso y eran detenidos en las fronteras terrestres.
La aplicación de esta medida es inmediata, no admite recurso legal y no prevé el retorno automático al país de origen de los migrantes.
Se prevén raras excepciones para determinadas nacionalidades, como los ucranianos desde la invasión de su país por Rusia, o para menores no acompañados.
Activistas y expertos en derechos humanos consideran la medida una violación del derecho internacional. Consideran en particular «inhumano» impedir que un potencial solicitante de asilo formule su trámite en este sentido. La mayoría de los casos buscan migrar a Estados Unidos por razones económicas debido a la falta de oportunidades y de seguridad en sus países.
En su opinión, el sistema actual solo alienta a los migrantes a cruzar la frontera ilegalmente y a correr riesgos cada vez mayores para llegar cruzando desiertos, zonas hostiles o ríos propicios para ahogarse.
La decisión de la Corte Suprema se produce en un momento en el que miles de migrantes se han congregado en el lado mexicano de la frontera, llenando los albergues y preocupando a los activistas que se esmeran por encontrar la forma de atenderlos.