La cultura comienza con la lengua. Por eso, para modificar una sociedad, es necesario cambiar la forma de hablar y, por ende, de pensar. Como en el castellano hay diferenciación de género entre el masculino y el femenino, el denominado «lenguaje inclusivo» busca anular el sexo en las palabras con una «x». La izquierda progresista tiende a aplicar estos términos con fines de ideologización. No obstante, esta absurda práctica no ha tenido acogida entre los hispanos en EE. UU., al punto que un grupo de legisladores demócratas pretende prohibir el término «latinx».
En el estado de Connecticut, cinco legisladores hispanos del Partido Demócrata redactaron un proyecto de ley en la Cámara de Representantes local. Los firmantes son: Geraldo C. Reyes, Christopher Rosario, Juan R. Candelaria, Robert Sánchez y Minnie González.
«[L]os estatutos generales [serán] enmendados para prohibir que cualquier agencia estatal, o empleado estatal en nombre de una agencia estatal, use el término ‘latinx’ en cualquier comunicación oficial o formulario de la agencia estatal», dice el proyecto de ley.
«No necesitaban crear una palabra, ya existe»
El legislador estatal Geraldo Reyes criticó la palabra «latinx». Aduce que es un término ofensivo para 17,7 % de la población hispana del estado donde fue elaborada la Constitución de EE. UU., según la Oficina del Censo.
«Soy de ascendencia puertorriqueña y lo encuentro ofensivo», reprochó Reyes. «El idioma español, que tiene siglos de antigüedad, por defecto es ‘latino’ para todos. Estamos todos incluidos. No necesitaban crear una palabra, ya existe».
Gobernadora conservadora inspiró parcialmente el proyecto de ley
«Esto ha sido ofensivo y despectivo para todos los puertorriqueños, y es algo que no le ha sentado bien a mucha gente aquí», agregó Reyes a un portal local. «Cuando descubrí que la gobernadora de Arkansas lo prohibió en su primer día en el cargo, lo vi como una oportunidad para promover lo mismo».
Cabe destacar que la gobernador Sarah Huckabee Sanders no es solo integrante del partido opuesto, el Republicano, sino que además fue secretaria de prensa de Donald Trump. Por lo cual, Reyes criticó la medida de Sanders y dijo que tenía «otras motivaciones» para prohibir la palabra en los documentos del gobierno de Arkansas, pero igualmente se inspiró en su iniciativa.
Desde enero, la gobernadora de Arkansas prohibió la palabra en los documentos estatales. «Todas las oficinas, departamentos y agencias estatales, a menos que el gobernador les otorgue una exención, revisarán los documentos oficiales de sus respectivas entidades con respecto al uso del término ‘latinxs’ en documentos estatales», dice la orden. También instruyó a las agencias a identificar todas las instancias del término en los documentos estatales y, dentro de 60 días, reemplazarlas todas con alguna forma de «hispano», «latino» o «latina».
Solo 1 % de los hispanos se identifica como «latinx»
El fin de un legislador es, evidentemente, representar a sus votantes. Y la mayoría de los hispanos han demostrado no estar de acuerdo con este tipo de políticas «progresistas». Solo 1 % de los hispanos se identifica como «latinx».
Así lo demostró una encuesta realizada entre WPA Intelligence (una firma conservadora), Visto Media y un grupo de defensa latino denominado Bienvenido. El sondeo indicó que la mayoría de la comunidad prefiere ser identificada como hispana, otros dijeron estadounidense o latino. La identidad hispana en EE. UU. es de tal magnitud que Cristóbal Colón es más popular entre los hispanos que Joe Biden, según WPA Intelligence.
Por esta razón, los hispanos conservadores dijeron que rechazan el término «latinx» porque les gusta su cultura. Desde la lógica izquierdista de los demócratas (que rechazan este término) cambiar los términos es una suerte de «colonización», donde se imponen sobre nuestra cultura.
Para los hispanos conservadores, el sentido de pertenencia de su cultura es una de las principales razones para rechazar la palabra «latinx». Desde la lógica de los demócratas que hoy rechazan este término, su uso es una suerte de «colonización» que se busca imponer sobre la tradición de la cultura latina.
El hecho de que en EE. UU. sean demócratas los que buscan poner un freno al término «latinx», específicamente en Connecticut, muestra cómo los valores tradicionales de la comunidad latina superan incluso las líneas políticas e ideológicas. Esta iniciativa expone además cuánta influencia tienen los hispanos en la política para hacer respetar el verdadero valor de la cultura y no el que quiere imponer una élite política por motivos ideológicos.