En pleno siglo XXI las guerras no se libran solo en el campo de batalla. También en el terreno tecnológico. Esto explica por qué las principales potencias se esmeran por lograr avances en áreas como la robótica, espionaje cibernético e inteligencia artificial (AI, en inglés). Esta última puede aplicarse de tantas maneras que las posibilidades son infinitas.
Tanto Estados Unidos como China son conscientes de esta realidad, por ello enfocan sus mayores esfuerzos en esta materia. Sin embargo, un informe reciente reveló cómo empresas estadounidenses invirtieron en el sector de inteligencia artificial o IA de China entre 2015 y 2021. Según data recopilada por el Centro de Seguridad y Tecnología Emergente de la Universidad de Georgetown, las transacciones que involucran a inversores de la potencia norteamericana totalizaron 40200 millones de dólares dirigidos a 251 empresas chinas de IA. Es decir, «37 % de los 110.000 millones recaudados por todas las empresas chinas» dedicadas a esa área.
Ahora bien, otro punto importante es que varias empresas chinas que recibieron ese financiamiento ocupan desde hace unos años un lugar en la lista negra comercial de EE. UU. por distintas razones. Por ejemplo, IFlytek Co Ltd y SenseTime Group Ltd están allí desde 2019 por preocupaciones sobre el trato del régimen chino a minorías musulmanas como uigures y kazajos al estar implicadas en varios delitos incluyendo «vigilancia con alta tecnología», explicó entonces el Departamento de Comercio.
Detrás de inversores en EEUU
Las inversiones entregadas a las dos empresas chinas anteriormente mencionadas datan de 2017, y fueron ejecutadas por parte de Silicon Valley Bank y Wanxiang American Healthcare. Este último es un grupo de riesgo «respaldado por corporaciones que se enfocan en inversiones en tecnologías de atención médica», aseguran en su sitio web.
En paralelo, una de las mayores inversiones en solitario la hizo Goldman Sachs, dirigida a 1KMXC, una empresa de robótica basada en inteligencia artificial, así como Geek+, una compañía de robots autónomos. Rastrear los nombres de quienes están tras bastidores luce complicado, pero al revisar brevemente los portales de algunos inversores estadounidenses se pueden ver indicios de influencia extranjera. Es el caso de GSR Ventures, ubicado en el top 10 de los principales patrocinantes, el cual muestra en su portal en internet parte del personal nacido en China.
Todo esto también guarda relación con un objetivo planteado por el Partido Comunista de China (PCCh) y es la infiltración de militantes en importantes empresas extranjeras. Hace tan solo dos años una investigación revelaba cómo empleados simpatizantes del partido estaban en las divisiones chinas de corporaciones como IBM, PepsiCo y 3M. Que ahora se detecten inversiones millonarias en el desarrollo de la inteligencia artificial desde EE. UU. al gigante asiático es solo otra pieza de un gran rompecabezas.
Competencia china de ChatGPT
De acuerdo con Crunchbase —plataforma que agrupa información empresarial— entre 2015 y 2021, 167 inversores estadounidenses participaron en 401 transacciones de inversión, o el 17 % de 2299 transacciones de inversión globales en empresas chinas de inteligencia artificial.
Por eso el informe del instituto da una serie de recomendaciones, ya que reconoce que EE. UU. «no está actualmente en condiciones de monitorear, medir o regular de manera efectiva los flujos de inversión salientes hacia las empresas chinas de IA».
A pesar de las alertas, China ya está dando pasos importantes en cuanto a inteligencia artificial. Una muestra de ello es el próximo lanzamiento de ERNIE Bot para hacerle competencia a ChatGPT, creada por OpenAI, una compañía que Elon Musk ayudó a fundar. Esta última ya está siendo calificada como la aplicación de consumo de más rápido crecimiento de la historia.
El detalle está en que detrás de ERNIE Bot está la empresa de tecnología china Baidu, la cual en 2017 adquirió Raven Tech, dedicada a desarrollar softwares de IA. Esta última no solo recibió financiamiento de Y Combinator, una aceleradora de élite con sede en California, de acuerdo con el informe, sino que contó con entrenamiento y asesoría del programa global Microsoft Accelerator, de Microsoft, fundado por Bill Gates. ¿Se trata de una mera coincidencia?