Desde los cuarteles hay descontento hacia el mandato de Luiz Inácio Lula da Silva. Es decir, por más que el presidente de Brasil se esfuerce en purgar las filas del Ejército y designar a un civil como ministro de Defensa, lo cierto es que siguen habiendo efectivos castrenses que critican su elección del año pasado.
El general Tomás Miguel Ribeiro Paiva es por estas horas la figura más representativa en este sentido. Declaraciones suyas, que fueron grabadas durante un acto el 18 de enero, evidencian su rechazo hacia la gestión de Lula da Silva. El portal Gazeta Brasil publicó un extracto de las mismas, donde se lee que si bien el resultado de los comicios fue a favor del izquierdista, tampoco era el deseado «por la mayoría» de los militares.
“Nosotros [las Fuerzas Armadas] participamos en la comisión de inspección [de las elecciones]. No pasó nada. Tanto es así que hubo un informe del Ministerio de Defensa que se emitió y que dice que no se encontró nada en lo visto. Ahora bien, posiblemente el proceso tenga fallas que hay que investigar, fallas graves, pero no se puede decir con certeza que hubo irregularidades. Lamentablemente fue el resultado que para la mayoría de nosotros no era deseado, pero sucedió”.
Las declaraciones del comandante del Ejército demuestran que no dejará de cumplir su rol respecto a garantizar el cumplimento de las leyes y del orden constitucional. Aunque también resalta que el actual presidente de Brasil no es de su total agrado.
El nombramiento de Paiva
Ribeiro Paiva mencionó estas palabras durante una ceremonia en honor a los soldados muertos en el terremoto de 2010 en Haití, y aunque dejó claro que no quería ser grabado, alguno de los asistentes ignoró el pedido.
Irónicamente, el general fue designado como comandante del Ejército en sustitución de Júlio César de Arruda. El 21 de enero se conoció el nombramiento debido a molestias de Lula da Silva por el asalto a las sedes de poderes públicos que había ocurrido dos semanas antes. El argumento fue que Arruda «no mostró disposición» a tomar medidas «inmediatas» para disipar sus dudas sobre la actuación de algunos sectores en los sucesos. Era otro gesto del miedo que hay en el Palacio de Planalto a una «conspiración» de policías y militares.
En ese momento se creía que el general Ribeiro Paiva podía tener algún tipo de afinidad ideológica con el mandatario brasileño. Pero las sospechas posiblemente se disipen con el audio que trascendió. En las ansias por «limpiar» los cuarteles, Lula ya había prescindido de unos 140 militares.
Liberación de detenidos
Mientras en las Fuerzas Armadas ocurre este descubrimiento, en el Supremo Tribunal Federal (STF) el magistrado Alexandre de Moraes ordenó liberar provisionalmente a 137 personas por el asalto a los poderes públicos en enero. El juez consideró que los imputados «pueden responder libremente, pues las investigaciones no los señalan como financistas o ejecutores principales», apuntó Jovem Pan.
No obstante, de acuerdo al reporte estarán sometidos a arresto domiciliario nocturno y los fines de semana mediante tobillera electrónica, además de cancelación de pasaporte y suspensión de portación de arma de fuego. En total, 803 personas siguen en prisión y 603 fueron liberadas bajo medidas cautelares, apuntan datos del STF.
Aumentó la gasolina
Para sumar tensiones al escenario político y económico, este 28 de enero finalmente se dio a conocer el aumento en los combustibles, producto del restablecimiento de los impuestos federales. Será de 0,47 reales para la gasolina y 0,02 reales para el etanol. En paralelo, el diésel permanecerá exento hasta fin de año. La información provino de los ministros de Hacienda, Fernando Haddad y de Minas y Energía, Alexandre Silveira.
Sin embargo, medios brasileños apuntan que con la reducción de 0,13 reales en el valor de la gasolina vendida por Petrobras a las distribuidoras, el aumento de la gasolina debería ser de R$ 0,34. Y aunque es menos del 0,69 por litro que estimaba la Asociación Brasileña de Importadores de Combustible (Abicom), eso no exime de preocupaciones dentro del Partido de los Trabajadores (PT), ya que reiteran el impacto directo que tendrá sobre las clases más pobres.
Para Haddad el objetivo es «reconstruir el presupuesto público”. Una visión que contrasta con la de Gleisi Hoffmann, diputada y presidente nacional del PT. «No estamos en contra de gravar los combustibles, pero hacerlo ahora es penalizar al consumidor, generar más inflación e incumplir un compromiso de campaña» escribió hace pocos días en Twitter.