martes, noviembre 26, 2024
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¿Alejarse del síndrome de La Habana para acercarse al deshielo?

MIAMI — Cuando el río suena es porque piedras trae y tal parece que EEUU, bajo la administración de Joe Biden, allana el camino para retomar el deshielo, iniciado cuando el propio presidente era el compañero de fórmula de Barack Obama. No pocos cubanos y norteamericanos opinan que las manifestaciones del 11 y 12 de julio frenaron las intenciones de acercamiento a la dictadura, de conversaciones y cambios que legitiman al régimen y, de cierta manera, le dan la espalda a las víctimas de una cruel opresión de más de sesenta años.

Agencias de inteligencia de Estados Unidos, presuntamente, concluyeron que es «muy improbable» que el denominado «síndrome de La Habana» haya sido causado por un actor extranjero o un arma de energía.

Según el diario con tendencia a la izquierda, The Washington Post. que cita a funcionarios de inteligencia no identificados, siete agencias gubernamentales han revisado unos 1.000 casos de «incidentes de salud anómalos» (AHI, por sus siglas en inglés). Cinco supuestamente no creen que estos trastornos fueran causados por un ataque de una entidad extranjera, ya sea intencionalmente a través de medios como un arma de energía dirigida, o de forma no deliberada. Otra lo calificó como no comprobable y la restante no llegó a ninguna conclusión, añadió el citado medio de prensa.

Sin embargo, esta conclusión, basada en el siempre conveniente anonimato, contradice un informe de expertos publicado hace un año que afirmaba que, en algunos casos, el presunto síndrome pudo deberse a ondas electromagnéticas.

En conversación con DIARIO LAS AMERICAS, el líder opositor Antonio Rodiles dijo que, ante estas declaraciones, «definitivamente saltan a la vista varias contradicciones, sobre todo en que el llamado síndrome de La Habana no solamente se encontró en Cuba sino en otros países, incluyendo China. En el caso cubano no solamente fue en la embajada norteamericana sino también que algunos funcionarios canadienses refirieron los síntomas. O sea, que en este momento decir que todo eso fue como una especie de ilusión, de fantasía, realmente entra en contradicción. Incluso es muy cuestionable que si era tal fantasía se demorara tanto tiempo para que se diera este dictamen”.

Aunque los primeros casos del «Síndrome de La Habana» fueron detectados en diplomáticos estadounidenses en Cuba en 2016, EEUU reportó posteriormente incidentes en China, Austria, Alemania e incluso en Washington.

Sobre si esto pudiera ser una especie de estratagema para, alejándose del síndrome de La Habana, acercarse al deshielo, el fundador y director de Estado de Sats, comenta que, al parecer, “la actual administración está tratando de generar ese llamado deshielo 2.0 y que, para muchas personas y analistas, lo ocurrido el 11 de Julio lo retrasó. Incluso todo el tema del coronavirus, que también fue una distorsión, no solamente para el régimen cubano y la situación al interior de la isla, sino para todo el planeta y para los propios Estados Unidos. O sea, influyeron varios elementos para que no arrancara esa política”.

Más de 200 diplomáticos estadounidenses destinados a diferentes países, así como decenas de funcionarios canadienses destinados a Cuba, han padecido el llamado «Síndrome de La Habana», que provoca síntomas similares a los de lesiones cerebrales, mareos, dolores de cabeza y falta de capacidad de concentración.

El también físico- matemático señala que “de frente a este deshielo 2.0, la posición del activismo está muy debilitada en comparación a lo que teníamos en el 2014. Ahora mismo no existen las condiciones para lanzar una plataforma como el Foro por los derechos y libertades, enfrentarnos al castrismo y manifestar que nada está cambiando. Es evidente que el régimen dará algunos pasos, seguramente la clásica entrega de presos políticos y otras maniobras para decir que tiene cierta voluntad política…esta afirmación (de que no hay señal de adversarios detrás de síndrome Habana) tan inconsistente e incoherente se dirige al deshielo 2.0″

El Departamento de Estado aseguró hace un año que «trabaja con otras agencias, de manera urgente, para llegar al fondo de los incidentes de salud anómalos y brindar atención y apoyo de primer nivel a todos los afectados. Los esfuerzos de la comunidad de inteligencia continúan y profundizarán en su análisis en un subconjunto de casos, los más difíciles sin resolver, como parte de su esfuerzo por determinar si un actor extranjero puede estar involucrado».

De los cientos de casos informados, «un subconjunto de AHI no se puede explicar fácilmente por condiciones ambientales o médicas conocidas y podría deberse a estímulos externos», según un extracto de un informe hecho público por el director de inteligencia estadounidense.

Los expertos dijeron que es posible crear dispositivos ocultables que, utilizando cantidades moderadas de energía, dirigirían la energía electromagnética o las ondas de ultrasonido para causar daños en una persona determinada.

Los primeros casos del «síndrome de La Habana» surgieron en Cuba en 2016, con quejas de hemorragias nasales, dolor de cabeza y náuseas de miembros del personal diplomático de Washington, según las autoridades. Entonces hicieron sospechar de que Rusia u otro país llevaba a cabo campañas de ese tipo contra funcionarios estadounidenses.

También hubo quejas de dolencias físicas inexplicables por parte de funcionarios estadounidenses en representaciones en China, Rusia, Europa e incluso Washington, lo cual motivó una investigación más a fondo del gobierno.

En 2017, el gobierno del republicano Donald Trump (2017-2021) alegó que estos misteriosos síntomas, descritos como ataques sónicos, para reducir al mínimo el personal en la legación diplomática estadounidense en Cuba.

El senador Marco Rubio, por su parte, fue enfático en su mensaje acerca de las consecuencias de los presuntos ataques contra el personal diplomático: «Los norteamericanos que están sufriendo estas lesiones fueron atacados utilizando una tecnología desconocida, pero específica y sabemos que en Cuba es imposible que sucedan estos ataques sin que el régimen sepa quien fue. Hay que seguir investigando. Esto es una cosa bien seria».

¿Es esta la corriente que pretende arrastrar obstáculos para después tomar justifucaciones o argumentos, basados en fuentes anónimas, para impulsar agendas partidistas? Como dijera el célebre filósofo Sócrates «solo sé que no se nada», pero al parecer el río suena.

Fuente: Diario las Américas

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