Buenos Aires, 1 mar (EFE).- Los ingresos de divisas a Argentina por exportaciones de granos y derivados totalizaron en febrero 644,9 millones de dólares, lo que representó una caída de 74 % en comparación con el mismo mes de 2022.
El monto de liquidación de exportaciones registrado en febrero supuso, además, un descenso de 30,5 % respecto a los ingresos registrados en enero último, según un informe difundido este miércoles por la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
Ambas entidades empresariales señalaron que este desplome es «el reflejo de un mercado fuertemente afectado por la extrema sequía que ha reducido drásticamente las producciones de la cosecha fina y la producción de maíz de primera».
El complejo oleaginoso-cerealero, incluyendo al biodiésel y sus derivados, representa casi la mitad del total de las exportaciones de Argentina, que es uno de los mayores productores y exportadores mundiales de granos y derivados.
Los principales productos de exportación del país suramericano son la harina de soja, el maíz y el aceite de soja.
El aporte del sector agropecuario a la economía argentina es clave, tanto desde el punto de vista productivo, de empleo y de aportes al Fisco, que ya está sintiendo el impacto negativo de la sequía en Argentina, la más severa de las últimas seis décadas.
Según cálculos del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea, las exportaciones agropecuarias argentinas totalizarán unos 37.800 millones de dólares en 2023, con una caída de 8.400 millones respecto a 2022, aunque la merma podría ser de 6.500 millones si la sequía afloja o de 10.100 millones si el clima empeora.
En el plano fiscal, Argentina recaudaría este año por derechos de exportaciones agropecuarias 7.600 millones de dólares, con una caída de 2.050 millones respecto a 2022, pero esa merma podría ser de 1.500 millones si las condiciones climáticas mejoran o de 2.400 millones si empeoran.