WASHINGTON- La Reserva Federal estadounidense (Fed, banco central), aumentó otro cuarto de punto porcentual y puso sus tasas de referencia a 4,75-5,00%, como esperaba la mayoría del mercado.
Otros analistas y la prensa de izquierda llevan más de tres meses insistiendo en que la Reserva Federal podría terminar con su política de alza de tasas, cuando el presidente de la entidad, Jerome Powell, ha reiterado que la lucha contra la inflación está lejos de terminar.
El Banco Central aún se encuentra preocupado por la inflación junto ahora a los recientes acontecimientos de colapso y rescate del gobierno federal en el sector bancario estadounidense, con un impacto directo sobre la economía.
La Fed sostuvo que los problemas del sector bancario «probablemente resulten en condiciones de crédito más ajustadas para hogares y empresas, y podrían pesar sobre la actividad económica, el empleo y la inflación».
La Fed anticipa además una inflación algo más elevada de lo esperado en diciembre, de 3,6% en 2023 frente a 3,5% inicialmente previsto, y un crecimiento del PIB algo menor, de 0,4% frente a 0,5%.
Los responsables de la Fed tenían en este encuentro una disyuntiva importante a resolver y «para encontrar un equilibrio entre las preocupaciones por la estabilidad financiera y las ligadas a la inflación», resumió Nathan Sheets, economista jefe de Citigroup Global, en declaraciones a la AFP.
La caída de estos bancos se vio impulsada en buena medida por el aumento de tasas decidido por la Fed, a un ritmo inédito desde inicios de los años 1980. Cuando hace un año las tasas eran de 0-0,25% para estimular el consumo lastrado por la pandemia, ahora los tipos de referencia se ubican en 4,50-4,75%.
Este incremento de tasas expuso a los bancos a una reducción del valor de algunos de sus activos.