DR. ORLANDO GUTIÉRREZ-BORONAT,
China sufrió un nuevo revés tras la postura del presidente de los Estados Federados de Micronesia (FSM), David Panuelo, quien defiende el establecimiento de lazos diplomáticos con Taiwán, mientras acusa a Pekín de una guerra política contra su país.
En una carta de 13 páginas, dirigida a gobernadores y líderes políticos de la región, el mandatario denunció que China había realizado espionaje en las aguas del FSM, con sobornos a políticos locales para intentar socavar la soberanía de la nación.
Panuelo criticó con dureza al enviado especial de China para los países insulares del Pacífico, Qian Bo, a quien acusó de haber ordenado a oficiales de inteligencia que lo siguieran durante una visita a Fiji, el año pasado.
Con solo dos meses restantes en su cargo, Panuelo explicó las motivaciones que llevarían a la ruptura de relaciones diplomáticas con China en favor de Taiwán.
Según el mandatario, la región debe prepararse para una posible invasión china a Taiwán.
Panuelo ha hablado claro sobre el “papel esencial” de Micronesia en la prevención de una guerra en la región. Su postura es relevante, porque se trata de salvar las vidas de sus propios ciudadanos, mientras se fortalece la soberanía e independencia del país.
En febrero pasado, el presidente se reunió con el ministro de Relaciones Exteriores de Taiwán, Joseph Wu, para discutir una posible asociación diplomática.
Micronesia es un pequeño país que necesita ayudas de la comunidad democrática. Panuelo se mostró transparente cuando dijo a Wu que FSM necesita una inyección de aproximadamente $50.000,000 para satisfacer “necesidades futuras”.
Taiwán, según ha trascendido, se comprometió a proporcionar financiación, además de hacerse cargo de cualquier proyecto chino inacabado, incluido un centro de convenciones nacional y un complejo gubernamental.
De ahí la importancia de establecer relaciones diplomáticas con Taiwán.
La alianza proyectada entre Micronesia y Taiwán se suma al paso dado por Lituania, el año pasado, que permitió abrir una oficina de los taiwaneses en Vilnius.
Es evidente que un cambio diplomático de esa naturaleza tendría implicaciones a nivel regional, en momentos en que China busca el reconocimiento oficial del Foro de las Islas del Pacífico. Perder un aliado en el Pacífico, podría socavar las aspiraciones de la dictadura de Pekín.
De aquí al 11 de mayo, cuando el líder micronesio abandone el poder y los miembros del Congreso voten por un nuevo jefe de Estado, debería producirse la ruptura con China y el intercambio diplomático con Taiwán. Sería lo más conveniente para todos.