MADRID.- Para el director del diario venezolano El Nacional, Miguel Henrique Otero, las condiciones en Venezuela están creadas para que se generen manifestaciones similares a la denominada primavera árabe.
«Están en una tormenta perfecta; cualquier chispa es la Revolución árabe», respondió Otero a una periodista del diario La Nación, de Argentina, quien le consultó su opinión sobre cómo sale Venezuela de la crisis.
Otero no se encuentra en Venezuela. Desde abril de 2021 se fue a un exilio en España, luego que el dirigente chavista, segundo al mando del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, ganara una demanda por difamación contra el diario a raíz de la publicación de una información que vinculaba al oficialista con narcotráfico. El Nacional publicó un artículo del diario ABC de España; otros dos portales venezolanos -La Patilla y Tal Cual- también lo publicaron y fueron demandados igualmente.
Los hechos sobre Cabello reseñados en el artículo fueron confirmados, pero la sentencia, de mayo de 2018, ordenó a El Nacional a indemnizarlo con $12.000. Luego, en abril de 2021 la suma fue indexada a $13 millones y en junio de ese mismo año a $30 millones. Como por si fuera poco, en 2022, el edificio de El Nacional, ubicado en el este de Caracas, fue sometido a subasta pública y entregado al propio Diosdado Cabello.
En la entrevista, Otero destaca la «perversidad» del sistema de justicia venezolano al que iguala al que «funcionaba» en la Alemania Oriental antes de caer el muro: «todo el mundo tiene un expediente». Otero explica que ese manejo comenzó con Hugo Chávez, que fue «controlando a los jueces». Recordó el caso del expresidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlado por el régimen, Maikel Moreno, quien «fue desmantelando todos los organismos, cambiando a los jueces y, al final, hoy en día nadie quiere ser juez y entonces ponen a un escribiente». A su juicio, los jueces de Venezuela son los «más corruptos del mundo».
Otero no ve fácil sacar a Maduro del poder por la vía electoral. No obstante, cree si hay salida a la dictadura.
Para argumentarlo, explica que en primer lugar, la oposición está en la calle «buscando votos para una primaria» y «activando a una militancia». En segundo lugar, distintos gremios de trabajadores están en las calles protestando por los bajos salarios. Luego, de tercero, están los militares «que en los últimos ocho años han hecho seis o siete rebeliones con enfrentamientos», y ahora también están descontentos por los bajos sueldos. «Eso ya es un factor insurreccional», apuntó.
En cuarto lugar, Otero menciona que el régimen de Maduro «no es una dictadura normal, de estructura piramidal. Es una corporación criminal que tiene como fundamento económico operaciones ilegales. Son como la mafia, grupos estructurados con cuotas de poder en un equilibrio muy inestable. Es una mesa con cuatro pilares: Tareck El Aissami, Diosdado Cabello, Nicolás Maduro y Vladimir Padrino López. A uno de esos pilares, El Aissami, lo están desmantelando en estos momentos».
Además de estos factores, Otero añade la crisis económica del país monoproductor. La expectativa del régimen era lograr producir 700 mil barriles de petróleo diaios en 2022, pero no se logró. Ahora, del petróleo que se vendió, hay más de $3.000 millones desaparecidos por la corrupción. «Este año no tienen capacidad de aumentar la producción petrolera y no han podido cobrar el petróleo del año pasado. Entonces no pueden aumentar el salario básico, no pueden pagar a los militares, que no protestan como los maestros», dijo.
Señala que el régimen de Maduro «tiene una crisis económica nunca vista y además una inflación del 500 %. El salario básico en estos momentos es ocho dólares. Pero es en bolívares, o sea que dentro de un mes serán seis dólares y al otro mes, cuatro».
En opinión de Otero la primaria opositora es importante «porque activan la militancia de un país que no tiene esperanza». Además, subraya que el proceso es clave para la oposición que «está atomizada» y que necesita «elegir un líder».
No obstante, cree que realizar unas elecciones en las que haya posibilidad real de sacar a Maduro es «improbable».
«Ante la tesis de que dialogando con Maduro se puede lograr que ponga condiciones transparentes para las elecciones surge la pregunta de cómo lo van a convencer de que haga una elección transparente para que lo derroten y tenga que salir a enfrentarse a la justicia internacional. Yo creo que eso es prácticamente imposible. Por eso ha habido doce negociaciones que no han llegado a nada. Él pone condiciones imposibles: pide que levanten todas las sanciones para discutir. Los americanos no van a hacer eso. Entonces esas elecciones se van a hacer y Maduro la va a ganar, aunque el 99 % de la población esté contra él, porque eso hacen los dictadores. El único dictador en la historia moderna que ha salido por elecciones se llama Pinochet. Los otros o se mueren o salen por una revolución o se vuelven demócratas. Lo que no existe es que hayan salido por una elección», manifestó.
«El drama del país es cómo comen, no cómo se informan»
Otero está consciente de que la información juega un rol importante a la hora de recuperar la confianza dentro de Venezuela; pero reseña que la situación de los venezolanos, entre la crisis económica y la carencia de medios de comunicación, debido a la censura y atropellos a la libertad de expresión, hacen que la población no esté pendiente de informarse.
«El 75 % de la población venezolana vive con un salario inferior al nivel de pobreza crítica. Venezuela está más o menos como Haití. Después hay un 13 % de población que vive por debajo del nivel de pobreza. Puede estar interesado en la información, pero el 60% del territorio nacional solo tiene acceso al canal del Estado. No hay periódicos, no hay internet, no hay otros canales, la radio está silenciada. Queda un sector de la población, el nuevo rico que llaman los “enchufados”, y lo que queda de la clase media. Pero en Venezuela se han ido en cinco años 7,5 millones de personas, que es un cuarto de la población. A eso hay que sumarle la crisis económica, porque Maduro destruyó en seis años el 80% del PBI. Es una economía reducida al mínimo. El drama del país es cómo comen, no cómo se informan», dijo.