NUEVA YORK —
La inculpación de Donald Trump hace que todo Estados Unidos se pregunte ¿y ahora qué? La carrera por la Casa Blanca en 2024 es más incierta que nunca y el calendario judicial del expresidente republicano también.
Esto mientras el otro gran contendiente, el presidente demócrata Joe Biden, se toma su tiempo para anunciar una candidatura que se da por hecha, pese a sus bajos índices de aprobación.
Ante un juez de Nueva York, Donald Trump, el primer expresidente estadounidense inculpado, se declaró no culpable de falsedad documental por unos pagos para silenciar asuntos perjudiciales para él antes de las presidenciales de 2016.
Queda por ver si este caso, uno de los muchos que preocupan al multimillonario, irá a juicio.
El calendario es fundamental para él, dado que espera ganar la nominación republicana para las presidenciales de noviembre de 2024.
En un momento en que lucha por volver a la Casa Blanca, Trump y su campaña albergan esperanzas de que su lectura de cargos servirá como una consigna que estimulará el apoyo que esos mismos votantes le dan. Ya ha recaudado millones de dólares en apoyo.
La justicia apuesta por una próxima comparecencia a finales de año y un juicio en enero de 2024, justo antes de las primarias, pero los abogados del expresidente no están de acuerdo.
Trump, favorito para obtener la nominación a la candidatura presidencial republicana, enfrenta ahora la perspectiva sin precedentes de montar otra campaña para llegar a la Casa Blanca mientras al mismo tiempo tiene que vérselas con un juicio por cargos derivados de pagos para acallar a mujeres durante su campaña de 2016, hechos que él niega. Sigue bajo investigación en Georgia y Washington, lo cual podría obligarlo a tener que atender varios juicios en diversas jurisdicciones, todo ello desenvolviéndose mientras los republicanos inician sus votaciones para elegir a su próximo nominado.
Entre tanto, los rivales de Trump en pos de la nominación republicana a la presidencia están pasando apuros para poder salirse de su sombra siempre creciente, incluso mientras los procesos judiciales generan serios interrogantes en torno a la viabilidad del exmandatario para ganar unas elecciones generales.
“Muchas veces en que se tiene a un candidato que está en problemas, se crea una distracción”, dijo John McLaughlin, encuestador de la campaña de Trump. “Están encausando a Trump, Trump se lleva todos los titulares y la cobertura de los medios”.
Caso «zombi»
«No iremos ante un jurado», afirmó a NBC el miércoles uno de ellos, Joe Tacopina, convencido de que el caso caerá por su propio peso debido a dificultades legales. Lo tachó de caso «zombi».
“¿Cuál esperan que haya sido su reacción?”, dijo Todd Blanche, otro abogado de Trump, afuera del tribunal inmediatamente después de la audiencia. “Él está frustrado, está molesto. Pero les diré una cosa: está motivado. Y (la imputación) no va a detenerlo. No va a hacer que reduzca su ritmo”.
Entre tanto Trump, que quedó en libertad, puede hacer campaña a su antojo con la condición de «abstenerse de comentarios que puedan incitar a la violencia» sobre su caso, le advirtió el martes el juez Juan Merchán, quien no le impuso la «ley mordaza», una prohibición absoluta de mencionar el procedimiento en público.
Pero la moderación no es el punto fuerte del magnate, quien este miércoles llamó al Congreso en su red Truth Social a «DEJAR DE FINANCIAR EL DOJ Y EL FBI» por lo que considera un «ABUSO DE PODER», refiriéndose al Departamento de Justicia y el principal organismo federal encargado de hacer cumplir la ley.
El martes por la noche trató de aprovechar la atención mediática que conllevó su inculpación.
El expresidente, que estuvo tenso durante todo el día, calificó la imputación, detallada en 34 cargos, de «insulto a la nación», desde Mar-a-Lago, su lujosa residencia en Florida. Estimó que el propio fiscal debería ser «procesado» y dijo que el juez y su familia lo «odian».
Su discurso fue ante simpatizantes que acudieron a escucharlo ataviados con las gorras rojas típicas de sus mítines.
Justiciable
Después de un viaje que intentó que pareciera lo más presidenciable posible, con avión privado y caravana de seguridad por las calles de Nueva York, Trump tuvo que enfrentarse a dos horas en una sala judicial de Manhattan.
El multimillonario asegura ser víctima de una «caza de brujas» promovida por los demócratas del presidente Biden, quien asegura le «robó» su victoria presidencial en 2020.
Trump está acusado de haber falsificado documentos sobre una serie de pagos para encubrir tres casos antes de las elecciones de noviembre de 2016. En particular el pago de 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels, con quien habría mantenido una relación extramatrimonial en 2006 que él niega rotundamente.
Donald Trump «no ha parado de mentir», afirmó el fiscal de Manhattan Alvin Bragg, del Partido Demócrata, que denuncia una «conducta delictiva grave».
Biden ha optado por mantenerse en silencio, negándose a comentar los problemas legales de su posible rival en 2024. Ha seguido su agenda con una «aparente» indiferencia.
«Él no se centra en esta inculpación», afirmó este miércoles la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, en la rueda de prensa diaria.
Pero espera que a largo plazo le beneficie, sobre todo porque Donald Trump no ha hecho más que empezar una serie de comparecencias y procesos judiciales promovidos por los demócratas que apuestan allanar el camino a Trump para que no logre correr como candidato en las elecciones presidenciales.
Y es que el expresidente se enfrenta a varias investigaciones: por haber intentado presuntamente influir en los resultados de las presidenciales en Georgia, por su supuesto papel en el asalto de sus simpatizantes al Capitolio el 6 de enero de 2021 y por la gestión de documentos confidenciales.
Pese a las adversidades, Trump ha dicho que continuará con su carrera a la Casa Blanca y mantiene la atención mediática.
Apuesta por salir triunfante
Está enojado. Está frustrado, pero está consagrado a derrotar esto”, dijo la representante republicana Marjorie Taylor Greene, que se presentó en un mitin pro-Trump en la acera al otro lado de la calle en la que se encuentra el tribunal en Nueva York y acompañó al exmandatario en Mar-a-Lago el martes por la noche.
El martes en el tribunal, se dijo que Trump presentaba un aspecto firme y tranquilo, enojado por lo que está ocurriendo, pero también complacido por el tratamiento respetuoso que recibió de parte de los funcionarios de la corte, el Servicio Secreto y personal de la fiscalía de distrito.
“Los grandes patriotas dentro y fuera del tribunal el martes fueron increíblemente amables, de hecho, no podrían haber sido más amables”, declaró Trump en un comunicado. “Los asistentes de la corte, agentes de policía, y otros fueron todos muy profesionales, y representaron sumamente bien a la ciudad de Nueva York. ¡Gracias a todos!”
Después de la audiencia, Trump voló directo de vuelta a su casa en Florida, donde pronunció un discurso lleno de agravios a la hora de mayor audiencia, volviendo a criticar a la fiscalía y al juez que preside el caso a pesar de que horas antes había sido reprendido por su uso de retórica incendiaria.
Sus asesores habían reunido a una multitud de cientos de sus simpatizantes más leales. Después de su discurso se reunió con sus partidarios en una recepción en la terraza de Mar-a-Lago en la noche.
De hecho, Trump fue tan lejos que incluso insistió que había sido un “gran” día durante una llamada telefónica para oraciones “de emergencia” después de que salió del tribunal.
“Estamos ganando. De hecho, hoy tuvimos un gran día, porque (la imputación) resultó ser una farsa”, declaró, según el audio.
McLaughlin, el encuestador de Trump, dijo que ha hallado que los votantes de las primarias republicanas están respaldando al expresidente.
“(La imputación) está haciendo que la gente se enoje aún más”, señaló. “Tienen un candidato que es ahora el favorito para ser presidente… y está siendo imputado por algo que ellos no comprenden”.