La única conexión directa de Bolivia con los mares del mundo es la hidrovía Paraguay-Paraná, pero el gobierno argentino quiere entregarla a un consorcio chino, lo que preocupa a bolivianos contrarios al socialismo.
Desde la cárcel, el preso político Fernando Camacho, gobernador de Santa Cruz, donde llega la hidrovía, filtró la opinión de que si avanzara esa intención del gobierno kirchnerista, Bolivia terminaría por convertirse en una “colonia de la China”.
René Soria Galvarro, ex canciller y embajador, opina que si se consumara ese contrato argentino, para Bolivia sería la “entrega total” a la China, después de que Paraguay también cedió a los chinos el manejo de su sector de la hidrovía.
José Carlos Sánchez, dirigente del Movimiento Tercer Sistema, dijo desde Cochabamba que el presidente Luis Arce tendría que pronunciarse sobre este tema que amenaza el futuro de Bolivia y cortar todos los lazos que el gobierno del MAS tiene con la potencia asiática “para que el país recupere su condición de miembro de las sociedades democráticas de occidente”.
El tema estuvo en la agenda de las nerviosas negociaciones de Joe Biden con Alberto Fernández en Washington. El asunto no ha sido mencionado siquiera por ninguno de los tres gobiernos (Argentina, Bolivia y Paraguay) comprendidos en esta jugada geopolítica de Xi Jinping.
Para Bolivia, el futuro de la hidrovía es vital, sobre todo después de que el gobierno de Evo Morales selló en la Corte Internacional de Justicia de La Haya la pérdida definitiva de la salida al Pacífico y puso fin a toda posibilidad de futuros alegatos.
El año pasado, por la hidrovía pasaron mercaderías bolivianas por un valor de 1.000 millones de dólares, sobre todo porque los costos sobre los puertos ahora chilenos fueron elevados desmesuradamente, violando un tratado específico.
La alusión a que Bolivia pueda convertirse en una colonia china, hecha por el gobernador preso, se refiere a que la explotación de los yacimientos de litio ha sido entregada por el gobierno de Luis Arce a una empresa china, y son chinos los mineros ilegales que explotan el oro en los ríos de la cuenca amazónica, además de que las empresas chinas tienen la fortuna de hacerse cargo de casi todas las obras públicas que ejecuta el gobierno del MAS.
El año pasado, la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) firmó con el consorcio chino Contemporary Amperex Technology (CATL), fabricante y recicladora de baterías de litio, un “convenio” para construir dos complejos industriales para la producción de carbonato de litio. El “convenio” permitiría explotar litio en Uyuni y Coipasa, yacimientos en los que se construirían dichos complejos, con una inversión de 1.080 millones de dólares.
Desde el año 2000 China ha invertido un total de 172.000 millones de dólares en América Latina, según el cálculo del Monitor OFDI de China en Latinoamérica.
La pregunta de este momento es hasta dónde llega el interés geopolítico de China en la región, o se trata solamente del interés de la potencia de hacer negocios.
Para Felipe Debasa, profesor de Historia Contemporánea especializado en China, se podría decir que con los negocios estaría naciendo una nueva diplomacia, pero otros expertos consideran que la toma de la hidrovía Paraguay-Paraná, la quinta en importancia en el mundo, la “ruta de la seda” llega hasta el corazón de Sudamérica.