domingo, diciembre 22, 2024
InicioPolíticaEn Nicaragua abril fue el comienzo, pero no el final

En Nicaragua abril fue el comienzo, pero no el final

 Arturo McFields Yescas,

Hace cinco años Nicaragua rompió el silencio y se rebeló contra la dictadura Ortega-Murillo. Fue el inicio de un proceso inconcluso. Una obra en construcción para rescatar y recomponer la democracia mutilada y secuestrada.

De acuerdo con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos la represión de 2018 dejó un saldo de 355 asesinatos; más de 2000 heridos; 1614 detenidos; cientos de despidos arbitrarios de profesionales de la salud; más de 150 expulsiones injustificadas de estudiantes universitarios y; más de 150.000 personas se habrían visto obligadas a abandonar el país.

Ortega quiso imponer mentiras por verdades

El dictador y su consorte sabían que la primera batalla que tenían que ganar era la del control de la narrativa. Allí surgió la mentira de un intento de golpe, un falso diálogo nacional y varios acuerdos que jamás cumplirían. Daniel Ortega nunca quiso entregar el poder, sino retomarlo a sangre y fuego.

Toda Nicaragua es una escena del crimen

El Grupo de Expertos de Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y hasta el papa Francisco han coincidido en denunciar las atrocidades del régimen y su similitud con el fascismo. Tras la masacre de 2018, la dictadura se impuso en el poder, pero jamás logró imponer sus mentiras.

El fantasma de abril y el pánico de ORMU

A cinco años de la lucha cívica, Ortega ha pagado un precio muy alto por atornillarse en la presidencia. Nicaragua se convirtió en una cárcel de casi 7 millones de habitantes. Hoy nadie esta a salvo de la sospecha y el asedio policial. Nadie. Ni siquiera los sandinistas más obtusos.

El aislamiento internacional

Tras la masacre de 2018 y la instalación del partido único, Ortega vive sus últimos días viejo, enfermo y solitario. No existe un solo presidente de América Latina que visite Nicaragua o celebre sus falsas victorias electorales. Nadie, excepto los dictadores de Cuba y Venezuela.

La estrategia del miedo ha fracasado

Daniel Ortega ha vuelto a amenazar con destierro a más nicaragüenses. Aun estando presos, la voz de quienes demandan libertad es más fuerte que el acoso y la represión. Las confiscaciones y la muerte civil son utilizadas por el régimen para castigar a quienes les adversan y amedrantar a quienes los acompañan.

Resilientes ante la represión

A pesar de la cárcel, exilio y el destierro, la dictadura no ha logrado aniquilar el espíritu de abril.  Si en 2018 el descontento fue masivo y público, ahora el malestar es cauteloso y clandestino. La protesta silenciosa sigue viva en todo Nicaragua. Los periodistas, dirigentes estudiantiles y defensores de derechos humanos hacen su labor, con mayor creatividad y coraje. En resistencia y en resiliencia.

La unidad es el antídoto

La unidad azul y blanco se fecundó en las cárceles y está dando a luz en el exilio. Dejó de ser una promesa para convertirse en un proceso. Una unidad con diversas matices, voces y credos. No es una unidad rojinegra de partido único que mata y purga el disenso. No. Se trata de una unidad voluntaria, intencional e inclusiva, con un objetivo bien claro: el fin de la dictadura. Abril fue el comienzo, pero no el final.

Fuente: Panam Post

ARTICULOS RELACIONADOS

REDES SOCIALES

585FansMe gusta
1,230SeguidoresSeguir
79SeguidoresSeguir

NOTICIAS POPULARES