Instituto Mises,
Desde su aparición en 1871, la escuela austriaca de economía ha supuesto una oposición sistemática al empirismo en el desarrollo de la economía. El Methodenstreit persiste, incluso con diferentes protagonistas. Diversos trabajos y publicaciones han criticado el concepto de economía basado en la evidencia empírica. El positivismo, y sus diferentes corrientes de pensamiento, son criticados sistemáticamente por los economistas austriacos.
Pero las raíces de los intentos de hacer objetiva la investigación son mucho más antiguas. En el Renacimiento, el desarrollo de las ciencias naturales dejó de lado el esencialismo. El esencialismo se consideraba parte de la Edad Media, por lo que fue atacado por los pensadores renacentistas.
También podemos recordar a Francis Bacon, filósofo inglés. Bacon abogó por la matematización y cuantificación de toda experiencia humana, así como por el uso del método de las ciencias naturales para investigar los fenómenos sociales.
El primer asalto del Methodenstreit enfrentó a Carl Menger y a la escuela histórica alemana. Debe considerarse algo más que una batalla de métodos. Ludwig von Mises explica en su ensayo «The Historical Setting of the Austrian School of Economics» que los austriacos se han visto envueltos en una batalla sobre la propia ciencia y aclara además por qué el empirismo se convirtió en la tendencia dominante en economía.
Mises presentó un fuerte vínculo entre los científicos y la élite prusiana y cómo sus investigaciones justificaban las pretensiones de la élite. Ese escenario imaginaba un Estado fuerte y centralizado. Este Estado coordinaría el crecimiento económico y llevaría a Alemania a la prominencia.
Contemporáneamente el escenario es muy diferente. Los economistas de la corriente dominante son apóstoles del «rigor científico». Para ellos, la ciencia se promueve mediante el uso adecuado de los procedimientos econométricos. Además, consideran que los hechos son hechos, que están fijados y no pueden distorsionarse. Pero su método da lugar a los mismos defectos que siempre acompañan al empirismo.
Los hechos sociales son, naturalmente, fenómenos complejos. Implican un número incontable de variables. Estas variables ni siquiera pueden ser percibidas y comprendidas plenamente por los investigadores ni pueden aislarse como un experimento físico o químico. Además, el problema es más profundo. Los hechos sociales no son hechos de la naturaleza, sino el resultado del significado humano. No hay dinero en la naturaleza; el dinero es una convención social. Del mismo modo, no podemos encontrar empresas en la naturaleza, ya que son entidades abstractas.
Los objetivos de los científicos sociales no implican la cuantificación y medición de cada elemento de los hechos. Su objetivo no es extraer conocimientos de estos procedimientos. No pueden establecer reglas a partir de la experiencia, ya que cada experiencia es compleja y única. Como ya se ha explicado, los hechos sociales no son directamente observables. Estos hechos pueden interpretarse a partir de la significación que les dan los individuos. Por ello, los científicos deben desarrollar una teoría adecuada para analizar los hechos.
¿Por qué persiste el empirismo en la disciplina económica? Es un método cómodo. La investigación confirma las conclusiones a las que se aspira.
La comprensión de Mises de la escuela histórica alemana también define la ciencia social contemporánea. Es conveniente para los que están en el poder. Benjamin Disraeli dijo: «Hay tres clases de veracidad: mentiras, malditas mentiras y estadísticas».
Las investigaciones econométricas, aunque ser rigurosas, son inadecuadas para investigar los fenómenos sociales. No es casualidad que la investigación confirme generalmente las tendencias ideológicas. Las estadísticas pueden manipularse y hacerse convenientes. Los modelos econométricos se utilizan para justificar una mayor intervención y control.
La investigación empírica tiene su importancia como ilustración de la teoría y la historia económicas, pero no es a partir de los datos empíricos como se construye la teoría. La teoría procede del encadenamiento lógico de leyes teóricas. Estas leyes provienen de axiomas principales. Y es esta teoría la que permite interpretar la compleja realidad social. Además, el rigor teórico impide la manipulación de la realidad en función de los grupos de interés.