Es común escuchar en el debate político argentino que Juntos por el Cambio es una suerte de “kirchnerismo de buenos modales”. Esto tiene que ver con dos temas no menores: la similitud en cuestiones de fondo en materia de políticas públicas y rol del Estado y la continuidad del sistema fallido que fue el gobierno de Mauricio Macri entre 2015 y 2019. Sin ir más lejos, hoy trascendió que Horacio Rodríguez Larreta le prometió a la CGT y al sindicalismo que, de ser electo presidente, no impulsaría ninguna reforma laboral. Sin embargo, hay casos donde el parentesco JxC-K es mucho más intenso que una coincidencia ideológica o interés político. Un ejemplo es el de Felipe Álvarez, candidato a gobernador por la provincia de La Rioja.
Cuando Néstor y Cristina Kirchner comenzaron su proyecto nacional, que terminó destruyendo al país, impulsaron una agrupación juvenil llamada La Cámpora, que muchas veces ofició de grupo de choque del kirchnerismo. El diputado Máximo Kirchner, hijo de la pareja presidencial, fue durante muchos años el mayor referente de la rama de la juventud kirchnerista. Claro que, en cada provincia, había un cacique local camporista. En algunos casos, los referentes de esta agrupación trascendieron más que otros. Uno de los que llegó más lejos en el esquema nacional será este fin de semana candidato a gobernador de La Rioja. ¿Por el kirchnerismo? No justamente…
Quien fuera el número uno de La Cámpora riojana ahora se postula a gobernador por Juntos por el Cambio. Felipe Álvarez ya no lleva la bandera con la cara de Néstor Kirchner ni milita en las filas de Máximo, sino que competirá por la coalición del PRO, la Unión Cívica Radical y la Coalición Cívica. Claro que uno tiene derecho a cambiar de opinión y de posiciones políticas. Esto le puede ocurrir a cualquier votante o a algún dirigente que termine desencantado de su espacio político y decida irse. Pero si un referente encabezó una organización provincial como La Cámpora, indica que avaló conceptualmente el proceso de destrucción que iniciaron los Kirchner en 2003. El caso de Álvarez incluso es más serio. Su Cámpora riojana tomó forma recién en 2011, por lo que no puede argumentar que no sabía de qué se trataba el kirchnerismo. En estos casos, uno termina asumiendo que para estos personajes la política es solamente la herramienta para terminar ocupando lugares de poder. No importa el partido político o la coalición que ofrezca la oportunidad.
Pero si algo le faltaba al caso del “candidato kirchnerista cambiemita” para ser insólito es la relación que tiene con la actual aspirante a vicegobernadora del kirchnerista Ricardo Quintela, Teresita Madera: ambos encabezaron la boleta cristinista de diputados en La Rioja en el año 2013. Este domingo, los dos dirigentes estarán en el cuarto oscuro una vez más. Una, representando al oficialismo y a la continuidad. El otro, a un cambio muy curioso, que parece una tomada de pelo al electorado.