El supuesto ataque contra el Palacio del Senado del Kremlin, en Moscú, se convirtió en el nuevo punto de tensión en la guerra. El gobierno de Vladímir Putin responsabiliza —sin pruebas— al presidente ucraniano Volodímir Zelenski y a Estados Unidos. Mientras tanto, China pretende desempeñar un papel de mediador poco creíble.
El Kremlin aseguró que en la noche del 3 de mayo hubo un ataque con drones (cerca de un asta de bandera en la parte superior del edificio) que tenía como fin asesinar al presidente ruso. No hay imágenes oficiales del incidente; sin embargo, varias han llegado a las redes sociales. El evento desencadenó roces diplomáticos que hoy amenazan con empeorar el conflicto.
Para el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, “no hay duda” de que Ucrania está detrás del ataque “criminal” con drones y, por tal motivo, aprovecha de vociferar que “se encontrarán a todos los responsables”. Pero sí hay dudas fundamentadas sobre este supuesto atentado y sospechas sobre las intenciones de Putin de usarlo a su favor.
Por si fuera poco, el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, mencionó directamente al gobierno demócrata de Joe Biden. “Sabemos que las decisiones sobre los atentados no se toman en Kiev, sino en Washington”, dijo.
Detrás del ataque con drones
La agencia de noticias rusa al servicio de Putin, TASS, reseñó declaraciones del vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, sobre lo que podría pasar a corto plazo. “Después del ataque terrorista de hoy, no quedan más opciones que la eliminación física de Zelenski y su camarilla”. De esta manera, Moscú reitera aquella premisa lanzada por su presidente cuando ordenó el inicio oficial de la invasión: la de “desnazificar” Ucrania. “Ni siquiera es necesario para firmar un instrumento de rendición incondicional… Hitler, como se sabe, tampoco lo firmó. Siempre habrá algún sustituto”.
Pero detrás de estas aseveraciones hay análisis bien fundamentados sobre el “ataque” al Kremlin. Por ejemplo, el Institute for the Study or War (ISW) alerta que Rusia “probablemente lo organizó en un intento de llevar la guerra a una audiencia nacional rusa y establecer las condiciones para una movilización social más amplia”.
“Las autoridades rusas han tomado medidas recientemente para aumentar las capacidades de defensa aérea doméstica rusa, incluso dentro de Moscú, y por lo tanto es extremadamente improbable que dos drones hayan penetrado múltiples capas de defensa aérea y detonado o sido derribados justo sobre el corazón del Kremlin en una forma que proporcionó imágenes espectaculares captadas muy bien por la cámara”.
“Un ataque que evitó la detección logró alcanzar un objetivo de tan alto perfil como el Palacio del Senado del Kremlin sería una gran vergüenza para Rusia. La respuesta inmediata, coherente y coordinada al incidente sugiere que fue preparado internamente”, agregó el instituto. Desde Kiev mantienen que fue “un completo montaje”.
Respuesta de Washington
Mientras Rusia lanza acusaciones, Estados Unidos responde. “Nosotros no tenemos nada que ver con eso, Peskov miente”, dijo el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
“La reacción de Putin a ese supuesto ataque depende de él. Desde el principio, los rusos han intentado hacer pasar esta guerra como una especie de combate de Occidente contra Rusia, de la OTAN contra Rusia, de Estados Unidos contra Rusia. Esto encaja en eso”, argumentó. De cualquier manera, lo que menos hay en estos momentos es una solución a las nuevas tensiones.
Aquí aparece China, supuesto mediador en la invasión contra Ucrania, pidiendo “evitar una escalada” luego del suceso. Sin embargo, es poca la credibilidad que tiene el comunismo chino en el plano internacional por la amistad de Xi Jinping con Vladímir Putin.
Si servirá o no su exhorto, es algo que está por verse. Por lo pronto, en la noche de este 4 de mayo sonaron las alarmas antiaéreas en Kiev debido a que en la capital ucraniana se escucharon explosiones. De acuerdo con la agencia EFE, la ciudad “es atacada casi todas las semanas por Rusia con drones kamikazes de fabricación iraní”.