Editorial La Gaceta de la Iberosfera,
Hoy, un miembro del antiguo grupo terrorista colombiano Movimiento 19 de abril (M-19), declarado simpatizante de ciertas fuerzas separatistas catalanas —por fortuna, ineptas— que tratan de destruir la nación española, exasesor de la dictadura chavista que ha destrozado Venezuela y furibundo hispanófobo, recibirá la invitación de la Presidencia del Congreso de los Diputados del Reino de España para dirigirse desde la Tribuna de Oradores a los representantes de la soberanía nacional. Esto ocurrirá poco antes de que el mismo sujeto vaya al Ayuntamiento de Madrid para recibir de manos de su alcalde las Llaves de Oro de la Villa, que, junto al Collar de la Orden de Isabel la Católica concedido por el Gobierno de Pedro Sánchez, algún día blanquearán su obituario.
Poco, con tendencia a nada, importa que ese sujeto tenebroso sea hoy el presidente de Colombia. En otras ocasiones y con otros presidentes a Oriente y Occidente, cabe la duda e incluso debe vencer la diplomacia. Pero en este caso sabemos a ciencia cierta que los honores que recibirá no los merece.
Cualquier nación que tenga respeto por sí misma, por su integridad y soberanía, por la extraordinaria gesta civilizatoria de la Hispanidad y que además sienta una mínima empatía por las vidas truncadas por el grupo terrorista de izquierdas en el que él participó, debería guardar con celo ciertos honores y protegerlos de la indignidad. Esos honores que, mal concedidos, blanquean sepulcros pero oscurecen a España.
Constatamos que hoy sólo queda una formación política en España que quiere que la nación histórica y la nación política, unidas en el respeto al recuerdo exacto de las cosas, se respeten a sí mismas.
Ningún colombiano de bien, de los que recurren al rigor histórico para saber quién es ese individuo que deshonra la banda presidencial de Colombia, tomará como un desaire a nuestros hermanos colombianos la negativa del Grupo Parlamentario de Vox en el Congreso a homenajear a un sicario del Grupo de Puebla, la sucursal social del siniestro Foro de Sao Paulo.
A buen seguro, los colombianos de bien recibirán la decisión de Vox de no participar en ceremonia alguna que homenajee a Gustavo Petro —que así se llama el felón—, con la satisfacción de saber que al menos hay un grupo de diputados y concejales que, en representación de millones de españoles, exigen el respeto debido a España y a la Hispanidad. Que es lo mismo que exigir respeto por Colombia.
Hoy, a las diez y media de la mañana, convocados por Foro Madrid, españoles de un lado y de otro del Océano protestarán frente al Congreso de los Diputados en defensa de los derechos y libertades de los colombianos y de todos los iberoamericanos. Participar en ese manifestación sí que será un honor.