En los primeros cuatro meses de este año, el Centro de Información Legal Cubalex registró 1094 actos que contrarían el respeto a la vida y la dignidad, mediante detenciones arbitrarias, amenaza o coacción y citaciones ilegales. De la cifra, 288 casos corresponden a enero, 247 a febrero, 342 a marzo —siendo este el mes con el dato más preocupante— y 217 en abril.
Sin ningún escrúpulo ni compasión, la represión del régimen cubano es una constante que no parece tener fin, así lo demuestran las estadísticas del Centro de Información Legal Cubalex sobre la situación de los derechos humanos en la isla. Hoy en día —en promedio— se contabilizan ochos actos vejatorios diarios en contra de quienes protestan o rechazan al comunismo.
En los primeros cuatro meses de este año, la organización registró 1094 actos que contrarían el respeto a la vida y la dignidad, mediante detenciones arbitrarias, amenaza o coacción y citaciones ilegales. De la cifra, 288 casos corresponden a enero, 247 a febrero, 342 a marzo —siendo este el mes con el dato más preocupante— y 217 en abril. Las provincias asediadas por la regresión de la administración de Miguel Díaz-Canel son La Habana, Matanzas y Camagüey, Mayabeque Pinar del Río y Santiago de Cuba.
Torturas en prisión
El castrismo castiga de múltiples formas. Todas son aberrantes y van desde provocar desmayos por hambre a los privados de libertad, al suministrar raciones de un plátano y un huevo por más de un mes a los presos —como ocurre en la cárcel de El Guayabo en la Isla de la Juventud— y a las reclusas gestantes en la Granja 5, en Camagüey.
De esa manera, ya condujo a dos prisiones en Camagüey y Holguín a separar los reclusos desnutridos del resto de la población penal. ¿Atroz? Sin duda. Y ahí no termina. Cubalex tiene en sus manos denuncias sobre falta de atención médica y entrega de medicinas en prisiones en diez provincias del país.
A ello se suman, denuncias relacionadas con otras formas de tortura como “el caballo”, que consiste en amarrar a los reclusos a una cama y dejarlos así por períodos de tiempo que pueden alcanzar los cinco o seis días”, o también “la bicicleta”, que significa esposar a los reclusos y lanzarlos escaleras abajo, acoso por orientación sexual.
“Desde 13 prisiones en nueve provincias se recibieron denuncias sobre situaciones críticas con la alimentación, sobre todo con la cantidad y la calidad”, indica el reporte.
Prisoners Defenders da cuenta de más prácticas abusivas. Javier Larrondo, presidente de la organización, informó que a Luis Cruz, un joven de 21 años, quien fue detenido en las protestas del 11 de julio en 2021 y sentenciado a diez años de prisión por “sedición”, lo trasladan por las calles con grilletes, como un asesino múltiple. Esta es una de las formas que tienen para intimidar a la población.
“Repugna y es muy doloroso ver esto con más de 1048 personas —todos torturados— y comprobar que no hay reacción pública alguna”, dijo Larrondo tras reprochar a la Unión Europea su silencio.
Los blancos de la represión
Los blancos principales de la represión del castrismo son los representantes de los movimientos y organizaciones opositoras a los ideales del comunismo en la isla. También periodistas independientes y cubanos que no pertenecen a ningún colectivo de la sociedad civil.
En la lista de estos tres grupos receptores destacan como víctimas las Damas de Blanco, el Movimiento de Opositores por una Nueva República (MONR), así como también el recién creado Cuba de Luto, que agrupa a familiares y amigos los detenidos en las protestas del 11 de julio.
De hecho, los ataques en su contra representaron en febrero más de un tercio del total. Otros movimientos y organizaciones mencionadas en los reportes son el Foro Antitotalitario Unido (FANTU), el Movimiento Cristiano Liberación (MCL) y la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) mientras que, la Fundación Lawton también recibió una dosis de autoritarismo, tras solicitar permiso para protestar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Una realidad peor
La realidad detrás de la data de Cubalex es peor, porque estos números “no deben considerarse totales o definitivos”, según la organización, lo cual revela que el número de perseguidos o torturados es mayor. “No es posible conocer denuncias de personas perseguidas que no poseen teléfono celular o servicio de datos móviles, lo que les impide publicar su testimonio”, precisa.
Además, el monitoreo en internet, especialmente de las redes sociales, no permite abarcar las denuncias de personas víctimas de violaciones de derechos humanos cuyas publicaciones son privadas.