La nómina de los empleados públicos en el gobierno del presidente chileno, Gabriel Boric, se abulta sin freno y ya acumula 94.000 nuevos ingresos desde su llegada al poder hace poco más de un año. ¿Cómo se costeará? Evidentemente con más impuestos.
La cifra, reconocida por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), a través de su Encuesta Nacional de Empleo, desentona frente a los 52.000 asalariados que lograron un contrato en el mismo periodo en el sector formal.
La diferencia de 42.000 empleados entre los del sector público y el sector privado demuestra que la creación de empleo asalariado formal se desacelera bruscamente, mientras la nómina estatal se agranda. Es un escenario inédito donde el Ejecutivo autoriza la entrada de más personal a las instituciones estatales cuando los despidos por “necesidades de la empresa” en el sector privado rondan el 26 % tras el fin inesperado de los contratos de 43.516 trabajadores en el primer trimestre de este año.
Ese número de desempleados forma parte de los 126.000 trabajadores que han perdido sus puestos desde la llegada de Gabriel Boric al poder.
Una situación grave
La situación de los empleados públicos de Boric es grave, considerando que la cifra de cesantes paso de 744.000 (tasa de 7,8 %) a 870.000 (8,8 %) entre marzo del año pasado y marzo de este año.
El indicador no es el único con malas noticias. La cantidad de trabajadores informales se ubica en 2.472.000. Hace un año esa cifra era de 2.398.000, lo cual representa 74.000 trabajadores informales más en un año.
Detrás de las estadísticas hay un problema más profundo: el debilitamiento de la actividad económica que se mantiene desde el cuarto trimestre de 2022, cuando la contracción anual del PIB alcanzó 2,3 % y hasta ahora persiste con 0,6 %.
El plan del presidente de Chile, Gabriel Boric, es aumentar los impuestos al tabaco, las bebidas azucaradas y el alcohol a través de la reforma tributaria que presentará en el segundo semestre de este año para incrementar la recaudación y así cubrir el gasto de la nómina.
Contrataciones sin buenos resultados
Las contrataciones de Boric tampoco arrojan ningún beneficio al Estado. Evidencias hay. La más reciente es la caída de Chile en el Índice de Calidad Institucional (ICI) 2023 elaborado por la Red Liberal de América Latina (Relial) en conjunto con la organización Libertad y Desarrollo; y la Fundación Friedrich Naumann, donde el país bajó seis peldaños.
La nación austral pasó del puesto 24 al 30 en la medición donde se evalúan a 180 países desde 2007. “Es la peor caída desde que existe el ranking”, apunta El Mostrador tras divulgar el medio que Chile descendió tres puestos en el renglón de “mercado” y seis en el subíndice de “política”, ubicándose en los puestos 28 y 35 respectivamente.
Obligado a explicar
El mandatario tendrá que explicar el aumento de 8,6 % de la nómina de empleados públicos en su primer año de gobierno y no podrá esquivarlo porque los diputados Cristián Labbé y Henry Leal, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), presentaron ante la Dirección de Presupuestos (Dipres), de La Moneda, un oficio donde solicitan la justificación de las contrataciones “grotescas”.
Ambos parlamentarios califican el crecimiento de la nómina como “irracional”. Incluso, consideran que Boric está convirtiendo al Estado en una “bolsa de pitutos” (contratados por afinidad) costeada con los impuestos que pagan todos los chilenos, y no existe ninguna razón que lo justifique.
Creen que “es una burla que el gobierno haya creado 94.000 empleos sólo en el último año, cuando hay una de las inflaciones más altas del último tiempo, la cesantía bordea los dos dígitos en varias regiones del país y el empleo informal no para de crecer”.