PEKÍN — Estados Unidos y China acordaron el domingo ampliar el diálogo para mejorar sus relaciones, en su peor momento en años, durante una visita a Pekín del Secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, en la que tuvo conversiones «sinceras» y «constructivas» con su homólogo chino.
Se trata del primer desplazamiento de un jefe de la diplomacia estadounidense a territorio chino en casi cinco años.
Blinken habló con su homólogo chino Qin Gang durante siete horas y media, incluso durante un banquete, en una villa estatal.
El ministro de Exteriores aceptó la invitación para visitar Washington más adelante y aseguró que los dos diplomáticos trabajarán juntos para ampliar el número de vuelos entre las dos economías más grandes del mundo, al mínimo desde la pandemia de COVID-19.
Blinken enfatizó la importancia de «mantener canales de comunicación abiertos (…) para reducir el riesgo de percepciones erróneas», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, que calificó las conversaciones de «sinceras, sustantivas y constructivas».
Blinken tendrá nuevas reuniones el lunes antes de abandonar China.
Qin aseguró a Blinken que las relaciones entre Estados Unidos y China «están en el punto más bajo desde el establecimiento de relaciones diplomáticas», en 1979, según la emisora oficial CCTV.
«Esto no se ajusta a los intereses fundamentales de los dos pueblos, ni cumple con las expectativas comunes de la comunidad internacional», dijo Qin durante las conversaciones.
Al mismo tiempo lanzó una advertencia sobre Taiwán, que Pekín reclama como parte de su territorio.
«La cuestión de Taiwán está en el centro de los principales intereses de China, es el asunto más importante en las relaciones chino-estadounidenses y el riesgo más notable», aseguró Qin Gang
China efectuó el año pasado grandes maniobras alrededor de Taiwán, consideradas un ensayo para una invasión, luego de que la entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, visitara la isla en agosto.
Blinken tenía previsto visitar China en febrero pero cambió de planes abruptamente cuando Estados Unidos derribó un globo espía chino, cuando sobrevolaba su territorio, aunque desde entonces tanto él como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, restaron importancia al episodio.
Nueva reunión Biden-Xi
Biden dijo que espera reunirse de nuevo con el presidente Xi Jinping después de su larga y cordial reunión de noviembre pasado al margen de una cumbre del G20 en Bali (Indonesia), donde acordaron la visita de Blinken.
Es probable que los dos líderes asistan a la próxima cumbre del G20, en septiembre en Nueva Delhi (India), y Xi está invitado a viajar a San Francisco en noviembre, cuando Estados Unidos organice el foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico.
El gobierno chino está especialmente molesto por las restricciones de Biden a la exportación de semiconductores de alta gama a China. Estados Unidos justifica la medida porque teme posibles usos militares.
Según un asesor, Blinken quiere también presionar a China para que frene el envió a América Latina de los precursores químicos que luego sirven para producir fentanilo, un poderoso analgésico que está provocando una pandemia que mata a decenas de miles de estadounidenses cada año.
Washington también critica a China por los derechos humanos y la visita de Blinken es la primera de un miembro de la administración desde que Estados Unidos acusó a Pekín de genocidio contra la minoría uigur, mayoritariamente musulmana.
Durante su gira en la región Blinken habló por teléfono con sus homólogos de Japón y Corea del Sur y, antes de partir, se reunió en Washington con el ministro de Exteriores de Singapur.
El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, viajó a Tokio para reuniones separadas a tres bandas en las que participaron Japón, Corea del Sur y Filipinas.
En los últimos meses, Estados Unidos ha llegado a acuerdos sobre el despliegue de tropas en el sur de Japón y el norte de Filipinas, ambos estratégicamente cercanos a Taiwán.
Blinken es el primer diplomático estadounidense de alto rango en visitar Pekín desde una parada en 2018 de su predecesor Mike Pompeo, quien luego fue el artífice de una confrontación con China en los últimos años de la presidencia de Donald Trump.
La administración Biden ha ido más lejos que Trump en algunas áreas, especialmente con sus sanciones a los semiconductores, pero se ha mantenido abierta a la cooperación en áreas como el clima.
Riesgo «notable»
El ministro chino de Relaciones Exteriores afirmó que la cuestión de Taiwán suponía «el riesgo más notable» en las relaciones con Estados Unidos, informaron los medios estatales, coincidiendo con la visita del secretario de Estado estadounidense a Pekín.
«La cuestión de Taiwán está en el centro de los principales intereses de China, [es] el asunto más importante en las relaciones chino-estadounidenses y [supone] el riesgo más notable», aseguró Qin Gang al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, según la cadena estatal china CCTV.
Tanto el comercio como la isla autogobernada de Taiwán centran las tensiones entre ambas potencias.
China considera a Taiwán como una provincia «rebelde» que forma parte de su territorio y espera recuperarla algún día, sin descartar el uso de la fuerza.
Bajo el principio de «una sola China», Pekín no permite a ningún país con el que tiene relaciones diplomáticas mantenerlas también con Taipéi.
El año pasado, el gigante asiático efectuó grandes maniobras militares alrededor de la isla, en respuesta a la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, al territorio insular.
La visita de la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, a Estados Unidos también provocó que Pekín realizara en abril tres días de simulacros militares.