Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense Joe Biden, se convirtió otra vez en el hombre del momento. La Fiscalía de Delaware lo imputó por dos delitos fiscales y por posesión ilegal de un arma de fuego, concretando las consecuencias de investigaciones que comenzaron en el año 2018.
Para evitar ir a la cárcel, el hijo del presidente de EE. UU. optó por declararse culpable por ambos cargos de información fiscal. Respecto al delito de poseer un arma sin permiso, prefirió apelar al “desvío previo al juicio” y evitar comparecer ante los tribunales. Así, pretende eludir un castigo severo y un escándalo aún mayor. Pero la historia está lejos de terminar.
Los republicanos en el Congreso están rechazando la afirmación del abogado de Hunter, Chris Clark, respecto a que “la investigación de cinco años está resuelta”. Todo lo contrario, ahora es cuando comienza a ponerse interesante. Es que la imputación solo estaría sirviendo como cortina de humo para “crear la ilusión de que se ha hecho justicia”. Pero en realidad queda mucho por averiguar si se tiene en cuenta que sobre Hunter Biden todavía pesan sospechas de haber creado un esquema de tráfico de influencias para cerrar negocios con empresas extranjeras por debajo de cuerda cuando su padre era vicepresidente de Barack Obama.
La investigación continúa
Las cosas están claras para los congresistas republicanos porque es probable que la reciente imputación contra Hunter solo contribuya a las investigaciones que lleva adelante el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara de Representantes, uno de los paneles más poderosos e influyentes de la Cámara baja.
“En realidad, debería mejorar nuestra investigación porque el Departamento de Justicia no debería poder retener ninguna información ahora diciendo que hay una investigación pendiente”, fueron las palabras del presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy a The Hill.
Otros republicanos como la senadora Marsha Blackburn, coinciden. “Si el Departamento de Justicia cree que esto descarta el presunto esquema de soborno de cinco millones de dólares o los años de corrupción de la familia Biden, están equivocados. No permitiremos que la responsabilidad total se quede en el camino”, dijo a Fox News. La particularidad de esto es que el fiscal federal David Weiss, que lleva adelante el caso contra Hunter Biden, también afirma que la “investigación sigue en curso”.
Contrastes con el caso Trump
Es inevitable que la situación del hijo de Biden se compare con la del expresidente Donald Trump. Los 37 cargos federales que le atribuyó la justicia estadounidense recientemente podrían llevarlo a la cárcel aún con la alta popularidad que reflejan las encuestas. Para el exmandatario, todos los procesos en su contra son una “cacería de brujas” para evitar su candidatura y la imputación de Hunter podría demostrar que en efecto, así es.
“Tenemos una imagen muy clara en este momento de cómo se ve el Departamento de Justicia de Biden cuando persigue a alguien a quien quiere derribar”, dijo el representante Darrell Issa. No entró en detalles sobre su afirmación, sin embargo, no hizo falta aclarar a qué tema se refería.
Lo que queda claro de toda la polémica es que en el Congreso van a seguir investigando a Hunter Biden por información sobre negocios en el extranjero, un escándalo que en el año 2020 hizo tambalear la credibilidad de Joe Biden. Él estaba en campaña por la presidencia cuando salió a la luz la información, censurada de inmediato en redes sociales controladas por cómplices del Partido Demócrata.
“Hunter Biden se está saliendo con la suya cuando la creciente evidencia descubierta por el Comité de Supervisión de la Cámara revela que los Biden están involucrados en un patrón de corrupción, tráfico de influencias y posiblemente soborno”, es la advertencia de James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara baja.