Egildo Luján Nava,
La ciudadanía venezolana no sale de su asombro: cada día vive o es víctima de un escándalo o de un absurdo e ilegal acontecimiento en el territorio nacional.
Recientemente, el régimen, inquieto por el miedo angustioso que le provoca lo que traduce una próxima elección primaria para escoger al candidato presidencial, con miras a competir en el 2024, se confabuló con los apodados «Alacranes» . Y dio un paso en falso, sin considerar la posibilidad de lo que se daría como efecto posteriormente angustiante: atizar y provocar el despertar del bravo pueblo venezolano.
De hecho, y hay que considerarlo en esos términos. Y es que dicho próximo proceso de elecciones primarias y luego presidenciales, han despertado ánimo y entusiasmo en la mayoría de la población venezolana, y se ha dado lo impensable: no es cuento, y se trata de que se ha producido una progresiva reacción en la ciudadanía, y es que se ha comenzado a hacer sentir su clamor por un cambio de autoridades en el ámbito nacional.
Más del 80% de dicha ciudadanía consultada, sin vacilación ni dudas, habla de cambio y lo plasma en el registro del acercamiento. Inclusive, la multitudinaria asistencia opositora a las reuniones, encuentros y concentraciones en todos los pueblos y ciudades del país, ha sido contundente. Y la aspirante a candidata opositora, ciudadana Ingeniera. María Corina Machado, ha superado todos los pronósticos de popularidad. Lo ha hecho recibiendo un apoyo masivo, a la vez que ha colmado las calles con miles de personas, que no dudan en aclamarla y en ofrecerle su respaldo.
Lo que ha sucedido, y sigue aconteciendo, es que el hecho, en su conjunto, además de prender las alarmas del régimen, se ha convertido en la habitual expresión de la tradicional rutina gubernamental: justificar la aclamación popular en motivo para recrudecer ataques, argumentando el surgimiento de protestas supuestamente delictivas. No sólo en contra de la Señora Machado, sino también de otros candidatos que le acompañan.
Las agresiones físicas, la prohibición del paso por carreteras, los apagones para sabotear reuniones especialmente en donde está la candidata, desde luego, se han convertido en referencias del accionar gubernamental. Se actúa en contra de la candidata por considerarla una peligrosa figura puntera en todas las encuestas. Y fue la causa por la que, conscientes de lo que han apreciado, decidieron inhabilitarla. Lo peor, hacerlo con una acción totalmente absurda e írrita, violando tanto la vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, como la Ley Orgánica de la Contraloría General de la Republica en sus artículos 77, 79 y 105.
Este absurdo e ilegal procedimiento de inhabilitación contra la Ing. María Corina Machado, ya ha despertado protestas en el mundo entero, alegándose lo impropio, injusto, írrito y violador de toda constitucionalidad o derechos ciudadanos. Dejando además en evidencia de parte del régimen inseguridad e incoherencia, y mostrando una gran debilidad, además de lucir agotado y con serias fracturas en sus filas.
Esta inhabilitación, que no tiene ni pies ni cabeza , ha sido considerada totalmente improcedente y nula de toda nulidad. Esa ha sido la calificación expuesta públicamente por connotados juristas nacionales e internacionales. Toda vez que la controversial inhabilitación emerge de una írrita comunicación, declarando inhabilitada a la candidata MCM. Pero, además, por haber sido emitida en repuesta no autorizada e indebida, a una solicitud indagatoria formulada por el ciudadano Diputado José Brito, quien, a su vez, pública e irresponsablemente, da lectura a su procedimiento ante los medios de comunicación públicos.
Es posible que toda esta madeja de errores e ilegalidades cometidas con la inhabilitación, fue para dejar puertas abiertas o rutas de justificación. Y, sin duda alguna, para que, en caso de recibir protestas, presiones y reacciones contundentes, tanto nacionales como internacionales, como en efecto ya las han habido, registrar públicamente lo que no es registrable. ¿Y con qué propósito?: . El régimen, sin ningún rubor, y con su cara de lo más lavada, podría declararse no ser responsable de tal medida.
Desde luego, el objetivo de fondo sería, entonces, lavarse las manos e inculpar al funcionario Director de la Contraloría General de la República, por haber emitido y entregado, sin autorización ni autoridad, la controversial comunicación enunciativa de la absurda sanción. Pero, además, sancionando al funcionario por irresponsable, y haciendo uso del acostumbrado procedimiento de inculpar a otros. Y de repetir hechos de extrema pena ajena, como fue el caso de atribuirle a las Iguanas la responsabilidad de interrumpir el servicio eléctrico, producir cortocircuitos y apagones, como el de cargarle la responsabilidad a zamuros (buitres) por tumbar aviones, como a la falta de gasolina por provocar la infuncionalidad de ciertas plantas. En otras palabras, apelar a excusas para tener siempre a la mano una razón que le libere de no asumir responsabilidades.
COMO DIJO EL QUIJOTE: COSAS VEREDES, AMIGO SANCHO. Y A LAS QUE QUE NON CREDERES»