lunes, noviembre 25, 2024
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El precio del liderazgo

SONIA SCHOTT,

Muchos se preguntarán por qué la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Vilna, Lituania, fue importante para Estados Unidos.

En términos generales, la política estadounidense está fundamentada en ideales como la libertad, la igualdad, la democracia, el individuo, la unidad y la diversidad.

Estos valores están asociados al liderazgo global estadounidense.

De acuerdo con Freedom House, “Estados Unidos tiene un papel esencial en la lucha mundial por la libertad. Tiene una capacidad única y una obligación moral de cultivar alianzas con naciones libres y prestar apoyo a los defensores de la democracia en entornos autoritarios o de transición”.

Por otra parte, los programas de ayuda internacional estadounidense van de la mano con sus intereses de seguridad, económicos y humanitarios, según Jonathan Masters y Will Merrow del Council on Foreign Relations, en Washington DC.

Para los expertos, los planes de asistencia internacional favorecieron la lucha contra el cambio climático, la respuesta a la pandemia de COVID-19 y la lucha contra el autoritarismo, pero, desde la invasión de RusiaUcrania se ha convertido, por mucho, en el principal receptor de ayuda exterior estadounidense.

Antecedentes de una situación similar se encuentran, durante la administración de Harry S. Truman, cuando se invirtieron grandes sumas de dinero en el Plan Marshall para reconstruir Europa, luego de la Segunda Guerra Mundial.

Estados Unidos no está solo. Lo acompañan en apoyo humanitario y militar países como el Reino Unidos, Alemania, Japón, Países Bajos o Canadá, entre otros.

Ahora, finalizada la cumbre de la OTAN, una gran pregunta entre los miembros quedó en el aire ¿Está Ucrania realmente siendo agradecida por los millones de dólares en asistencia enviados por Occidente para ayudarlos a combatir a la fuerza invasora rusa?

¿Es suficiente la ayuda?

La pregunta emerge debido a los constantes llamamientos del presidente ucraniano, Volodimir Zelensk, para que se envíen más armas, incluso cuando acaba de llegar el último envío de las llamadas bombas racimo.

Durante la cumbre, el secretario de Defensa del Reino Unido, Ben Wallace, hizo un comentario controversial cuando dijo que le había dicho a Zelenski “no somos Amazon” y que el líder ucraniano debería estar más agradecido por la enorme cantidad de apoyo que ha recibido desde la invasión que comenzó en febrero de 2021.

El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, respondió en términos similares a una pregunta capciosa de un activista ucraniano durante una rueda de prensa: “El pueblo estadounidense merece cierto grado de gratitud”.

Algunos republicanos en el Congreso ya han manifestado cierta inquietud ante las continuas demandas del líder ucraniano.

El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, dijo en octubre pasado que si los republicanos ganaban la mayoría en la Cámara Baja en las elecciones de medio término el pasado noviembre, no habría un «cheque en blanco» para Ucrania, en un momento en que Estados Unidos estaba amenazado con una recesión.

La verdad del asunto es que, en muchos sentidos, el argumento debería ser al revés tomando en cuenta que ¿cuál habría sido el costo para la paz y la seguridad europeas si la Casa Blanca hubiera permitido que el Kremlin invadiera Ucrania sin ofrecer ayuda?

Si bien, la lucha de Ucrania contra Rusia está costando mucho dinero de los contribuyentes, no se están perdiendo vidas de Occidente, aparte de un pequeño número de exmilitares que participan como voluntarios para luchar en favor de la causa ucraniana. Las estimaciones conservadoras son que Ucrania ha sufrido al menos 100.000 bajas.

Siempre tuvo sentido político y estratégico enviar armas a Ucrania porque si la agresión rusa hubiera logrado subyugar al país, Occidente, se enfrentaría a un futuro más incierto y peligroso.

La guerra, por supuesto, sigue en su apogeo y cuanto más dure, más vidas se perderán. El presidente Joe Biden parece creer que no durará años y que Putin se verá obligado a negociar.

Este será un momento difícil para Ucrania porque implica que el gobierno de Kiev deberá enfrentar la posibilidad de perder parte de su territorio. Zelenski siempre ha dicho que nunca negociaría con Putin a menos que todas las fuerzas rusas hayan abandonado Ucrania, incluida Crimea, anexada por Moscú en 2014.

Si hay un acuerdo y Rusia conserva una parte de Ucrania, se dará entonces la bienvenida a Kiev a la alianza de la OTAN.

Fuente: Diario las Américas

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