Se suponía que la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado contra el socialista Salvador Allende sería en septiembre un hito político del gobierno del presidente chileno, Gabriel Boric, para rescatar del abismo a su administración, al conciliar a las fuerzas partidistas aliadas y adversarias. Sin embargo, la organización de la agenda conduce al mandatario a otra fosa interna, ante la falta acuerdos sobre el rumbo del relato y el tono del evento.
Sin claridad siquiera sobre cuántos días durará la conmemoración, quiénes asistirán, el lugar y la narrativa sobre aquel suceso que divide al país, La Tercera revela que la Moneda está “complicada” porque el mandatario divaga entre lo que quiere y debe decir.
Los cambios en el discurso de Boric sobre el gobierno de la Unidad Popular, el golpe militar y la dictadura enfrentan al Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad, sus dos coaliciones de gobierno.
De vociferar que “septiembre y Allende se funden”, porque “Allende no es solo el individuo, es también la historia de un pueblo, de sus partidos, de sus movilizaciones”, ahora Boric repite que “se habla mucho de la Unidad Popular es un período para revisar. Y desde la izquierda tenemos que ser capaces de analizarlo con mucho mayor detalle y no sólo desde una perspectiva mítica”.
Incluso, confesó que “Allende, como toda persona compleja, tiene luces y sombras”. Boric es presa de las contradicciones y el Partido Comunista está en ebullición por ello. La tolda radical insiste en tironear la discusión hacia el pasado. Quizá, la tensión baje con los trabajos en el mausoleo de Allende que adelanta el Cementerio General.
Cambios con traspiés
El fracaso late, cuando el Ministerio de las Culturas, el cual figura como ente encargado de los actos de conmemoración del golpe de Estado, suma cambios hasta del slogan inicial de la campaña de “Democracia, memoria y futuro”, que ahora pasará a ser “Democracia es memoria y futuro”, para reforzar la necesidad de “reflexionar”.
Parece temor. Se nota. Si no es temor es simple inseguridad. De hecho, el Ejecutivo duda del sitio para la convocatoria, porque un acto masivo facilitaría focos de protestas o manifestaciones que podrían arruinar la conmemoración que estima contar con el presidente de Argentina, Alberto Fernández el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (México).
Pero tampoco el espaldarazo de ambos mandatarios izquierdistas está confirmado porque la 18ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del G20 se realizará en Nueva Delhi, India, será el 11 de septiembre, fecha de la actividad en suelo austral.
“Me hubiese gustado que hubiese un programa con amplia participación de la sociedad civil y despliegue nacional. Ha habido problemas de conducción que espero se superen en las próximas semanas” dijo Jorge Arrate de la Plataforma Socialista y exministro de Allende al medio chileno.
Con los planes entre escándalos
Nada va bien, ni luce bien, cuando también quedó atrás contactar a la banda internacional U2 para bañar de “modernidad” el encuentro que tendrá una campaña en medios, cuyo costo asciende a casi un millón de dólares ,en medio de los escándalos del gobierno que lo eclipsa.
Por un lado, el escritor Patricio Fernández, escogido por Boric como asesor de la conmemoración de los actos y actividades del 11 de septiembre, quedó fuera luego de que el Partido Comunista exigiera su salida por “relativizar” el hecho y ser “negacionista”.
A esa abrupta salida la anteceden los indultos, la crisis de los incendios forestales, el cambio de gabinete del 10 de marzo, la millonaria entrega de fondos públicos a fundaciones aliadas de Boric y el reciente robo de computadoras al Ministerio de Desarrollo Social, que está a cargo de Giorgio Jackson. Las condiciones anuncian desastre.