Omar Andrés Camacho es el nuevo ministro de Minas y Energía del gobierno colombiano de Gustavo Petro. Su nombramiento llega tras la salida de Irene Vélez por una investigación que inició la Procuraduría General, por lo que ella renunció para “evitar interferir con la ejecución del programa del Gobierno”, según sus palabras. Es decir, la ahora exministra pudo haber sobrevivido a dos reestructuraciones previas dentro del gabinete del mandatario izquierdista, pero al final tuvo que salir perseguida por las críticas debido a su falta de experiencia, polémicas afirmaciones sobre transición energética e imprecisiones técnicas cada vez que declaraba.
Camacho es su reemplazo, pero contrario a una cambio de línea, Petro decidió elegir a otro radical. Con 42 años, un título en ingeniería eléctrica, una licenciatura en física y maestría en administración de energía y fuentes renovables, debe llevar adelante la improvisada transición que tanto prometió el mandatario en campaña y que amenaza con destruir la economía colombiana.
Pero hay otro detalle que reafirma la marcada radicalización de la gestión de Petro. Y es que su nuevo ministro de Minas es un ferviente fanático del fallecido dictador venezolano Hugo Chávez. Por los años 2012 y 2013 no tenía problemas en apoyarlo públicamente con frases como: “Mi comandante ¡Chávez! Mi presidente ¡Chávez!”.
Mucho más radical
El nuevo ministro de Minas del gobierno de Gustavo Petro celebró en el año 2012 cuando Chávez consiguió la reelección frente a Henrique Capriles Radonski. “Viva el socialismo”, se lee en las capturas difundidas por la revista Semana.
Hubo varios episodios similares. Otro ejemplo fue cuando Nicolás Maduro llegó a la Presidencia una vez fallecido el dictador. “Socialismo o barbarie, a los golpistas responder con la profundización del poder popular”, tuiteó entonces. Twitter, transformado en “X” bajo la dirección del multimillonario Elon Musk, se convirtió en el archivo que deja en evidencia al funcionario.
De esta manera, Petro no puede ocultar hacia dónde dirige su gobierno, con una gestión a la que cada vez suma más radicales. Como en abril pasado, cuando reemplazó al moderado José Antonio Ocampo en el Ministerio de Hacienda, una de las pocas figuras que generaba confianza en los mercados. Ya lo había dicho en ese momento Rafael Nieto Loaiza, ex viceministro del Interior y de Justicia: “El nuevo gabinete tiene más activistas y es mucho más radical que el anterior”.
Mano derecha de María José Pizarro
La cereza del pastel en el tiempo que Omar Andrés Camacho lleva de carrera política es la revelación de que se desempeñó como el asesor de más alto rango dentro de la Unidad de Trabajo Legislativo (UTL) de la senadora María José Pizarro, confesa izquierdista e hija de Carlos Pizarro, fallecido exjefe del grupo guerrillero Movimiento 19 de abril (M-19), el mismo al que perteneció Gustavo Petro.
Fue Daniel Briceño, abogado especialista en derecho público, quien divulgó los contratos. “Cuota política pura y dura”, escribió junto con imágenes de los documentos.
Si Irene Vélez era considerada radical al abogar por una supuesta transformación energética frenando la exploración y explotación de petróleo, carbón y gas (propiciando el hundimiento de la economía colombiana), posiblemente con Camacho la línea sea más drástica. Circulan fotografías suyas vistiendo una camisa con el logo del partido FARC (hoy Comunes) y un video mientras hacía activismo con el radical grupo Red & Anarchist Skin Heads (Cabezas Rapadas Rojos y Anarquistas). Como todo en el gobierno de Gustavo Petro, priman más las simpatías políticas que las prioridades y urgencias del país.