El pasado 23 de marzo, El Diario.es sacó una inquietante entrevista titulada: «Empobrecerse por las buenas o por las malas, la receta para salvar el planeta». El autor del texto charlaba con el «ensayista, poeta, ecologista y profesor de moral y política», Jorge Riechmann, que alertaba de la «sociedad industrial desbocada», en la que supuestamente se encontraría el mundo actual, en manos de una «megamáquina tecnocapitalista» que nos conduciría «a la autodestrucción». Todo un drama.
Bien es cierto que las teorías apocalípticas de corte climático y antisistema no son nuevas, pero lo que no es tan habitual es que sus autores reconozcan sin paliativos sus verdaderos objetivos: el empobrecimiento generalizado de todos los ciudadanos. Esta vez, el experto de El Diario admitía con una ligereza pasmosa que su solución mágica consistía en «empobrecernos colectivamente por las buenas o por las malas».
La propuesta «por las buenas» de Riechmann consistía en aplicar el «ecosocialismo» con el que los ciudadanos deberán «deshacerse de ilusiones e impulsar dinámicas de decrecimiento material y energético, redistribución masiva, educación en la igualibertad, relocalización productiva, tecnologías sencillas, agroecología, recampesinización de nuestras sociedades, renaturalización de zonas extensas de la biosfera, cultivo de una nueva Cultura de la Tierra». Aunque a su autor no pareciera importarle en absoluto, no hay duda de que la puesta en práctica de estas ideas supondría aniquilar todo atisbo de progreso en las sociedades actuales.
El «decrecimiento» da el salto a la política
Sin embargo, aunque en los últimos años los gurús defensores del «decrecimiento» (degrowth) como Riechmann hayan proliferado en los espacios de la prensa afín, lo más preocupante es que esta corriente está ganando cada vez más protagonismo en la esfera política.
En el caso de España, formaciones como Mes Per Mallorca han contemplado en el programa electoral con el que se han presentado a las elecciones autonómicas y municipales de la semana pasada aplicar «un proceso de decrecimiento turístico» en la región.
En Europa, el Parlamento Europeo celebró durante la segunda quincena del pasado mes de mayo la Conferencia Beyond Growth 2023, «Más allá del crecimiento», que se encargó de inaugurar la propia presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen.
Los 20 paneles que se celebraron durante los tres días que duró el evento no dejan lugar a dudas de las intenciones de sus participantes: malthusianismo, discurso fatalista, racionamiento de recursos, políticas anticonsumo… A continuación, algunas de las charlas.
- Comprender los límites biofísicos del crecimiento para construir una economía que respete los límites planetarios.
- Abordar los límites del consumo de recursos: hacia una economía resiliente.
- Cortar la adicción del trabajo al crecimiento: la semana de 4 días.
- Más allá de los indicadores del PIB (para cambiar el modelo contable e incluir en esta variable valores ambientales).
Objetivo: pobreza
En España, uno de los mayores propagandistas de la teoría del «decrecimiento» es Alberto Garzón. El ministro comunista ha publicado una larga lista de artículos, como Los límites del crecimiento: ecosocialismo o barbarie, en los que alerta de la terrible consecuencia que supondría seguir aumentando la generación de riqueza (el PIB). Y no es otra que el fin de la humanidad. «El modelo de producción y consumo está provocando presiones e impactos en el medio natural en tal grado que la vida misma está amenazada» alerta Garzón.
Otro de los maestros espirituales del degrowth es Gustavo Petro. El presidente colombiano también estuvo el mes pasado de visita en España y Garzón aprovechó para ensalzar las ideas de «relaciones sociales de producción» de Petro que «frente a los índices monetarios convencionales» tendrían el poder cuasidivino de «de evitar una extinción masiva» de la humanidad.
Efectivamente, el colombiano es todo un referente dentro del movimiento decrecentista y hasta ha llegado a reconocer lo útil que le resultan los pobres a sus políticas de izquierda radical. «La sociedad se ha movido alrededor del tener y eso nos ha llevado al cambio climático y a la extinción de la humanidad» aseguró Gustavo Petro en una entrevista en 2021.
El colombiano admitió que le perjudica que sus votantes pasen de pobres a clase media. «En la clase media, donde las necesidades básicas están resueltas, el tener se volvió su agenda política y, por eso, votan en contra de nosotros» lamentó.»Ahí viene el problema, porque si es dejar de ser pobre para vivir como en Miami pues se acabó la humanidad» afirmó el presidente que tantas alabanzas se ha llevado en su visita a España.
Así, vemos como el discurso del decrecimiento se ha propagando entre las esferas políticas de la izquierda con la peligrosidad añadida de que empiezan a reconocer que lo que buscan con su intervencionismo salvaje es traer pobreza y miseria a la economía. La excusa ya no es solo la protección del medioambiente, sino que han pasado a convertirse en los salvadores de la humanidad. Las consecuencias de su aplicación pueden ser devastadoras.