Este lunes se oficializó la renuncia de la subsecretaria de Cultura y Artes del Gobierno de Chile, Andrea Gutiérrez, en medio de señalamientos de corrupción por haber autorizado dos convenios con la Corporación para el Desarrollo de Santiago (Cordesan), un ente en el que Gutiérrez laboró justo antes de entrar en el Ejecutivo de Gabriel Boric.
En primer término Gutiérrez suscribió un acuerdo con Cordesan por 53.000 dólares, con miras a la exhibición de artistas en la Plaza de Armas de la capital chilena. Por otra parte, la ahora exfuncionaria aprobó una obra por valor de 297.000 dólares para reemplazar la cubierta del Teatro La Cúpula, también ubicado en Santiago.
“Cometí un error, actuando de buena fe y sin intención maliciosa, al firmar dos convenios en los que tenía la obligación legal de abstenerme. Ambos acuerdos fueron con la Corporación de Desarrollo de Santiago, lugar donde trabajé justo antes de asumir mi cargo. Uno de ellos autorizaba el traspaso de fondos por la adjudicación de un concurso público, mientras que el otro se refería a nuestras facultades para realizar convenios de colaboración con diversas entidades. Lamentablemente, no me abstuve de participar en ambas situaciones. Quiero enfatizar que este error fue involuntario y de buena fe, y quiero reafirmar que no hubo un mal uso de los recursos públicos”, dijo en un comunicado la ex subsecretaria de Cultura.
Esto no evitó que el propio mandatario chileno diese apertura a un procedimiento de investigación por ambos casos, oficializando además la salida de Gutiérrez del cargo.
Recientemente miembros del Ejecutivo de Boric han sido señalados por corrupción en medio del «caso fundaciones» o «caso convenios», una trama en la que presuntamente funcionarios del Gobierno chileno aprovecharon sus puestos para traspasar fondos públicos a ONG que les son afines.