CARLOS SÁNCHEZ BERZAÍN,
Con más de 280 presos políticos, miles de exiliados, persecución judicializada, terrorismo de estado y violando todos los elementos esenciales de la democracia, Bolivia es la dictadura no reconocida del socialismo del siglo 21 bajo mando de Cuba. Esta dictadura en la que Luis Arce es el jefe del gobierno y Evo Morales el dictador en jefe, opera con máscara de democracia y es un satélite de Cuba, bajo cuyas órdenes acaba de entregar el litio de Bolivia a Rusia y China y la seguridad nacional a Irán.
Dictadura es “el régimen político que, por la fuerza o violencia, concentra todo el poder en una persona o en un grupo u organización y reprime los derechos humanos y las libertades individuales”. Hoy en Bolivia no existe ninguno de los elementos esenciales de la democracia y se aplica la misma metodología que el castrochavismo usa en Cuba, Venezuela y Nicaragua; que es el terrorismo de Estado, con el que “utilizan métodos ilegítimos por parte del gobierno, orientados a producir miedo o terror en la población para alcanzar sus objetivos o fomentar comportamientos que no se producirían por sí mismos”.
Si el régimen Arce/Morales argumenta legitimidad democrática de origen por las elecciones de 2020 (cuyo fraude electoral es hasta ahora avalado por la oposición), la misma se ha extinguido porque no existe ni tiene legitimidad democrática de ejercicio al ser inexistentes todos los elementos esenciales de la democracia.
No se trata de una dictadura nacional, es una dictadura satélite resultado de la expansión de la dictadura cubana con el aporte de la riqueza de Venezuela por Hugo Chávez, que articuló el socialismo del siglo 21 o castrochavismo. El control total del poder en Bolivia se logró con golpes de estado, masacres sangrientas, persecución judicializada, falsificaciones, imposición violenta del estado plurinacional que suplantó la República de Bolivia y el establecimiento del narcoestado. Una larga cadena de crímenes se mantienen en la impunidad -con narrativa cubana de falsa revolución- solo porque los autores detentan violenta e indefinidamente el poder.
Bolivia ha perdido autodeterminación y soberanía desde que Evo Morales tomó el poder, como lo demuestra la situación interna de abierta intervención cubano-venezolana. En el ámbito internacional se ha convertido en elemento de acompañamiento de las imposturas dictatoriales como lo demuestran las votaciones y posiciones en organismos y eventos internacionales, la subordinación al régimen cubano y a sus dictados con su plataforma principal Venezuela.
En este contexto los detentadores del poder de Bolivia: firmaron el 5 de julio acuerdo sobre el litio con la estatal rusa Rosatom y la china Citic Guon Group con promesa de inversión de 1.400 millones de dólares que se suman a una cantidad similar ofrecida por el productor de Baterías chino CATL con el que firmaron en enero de este año; y el 20 de Julio en Irán firmaron un “memorándum de entendimiento para ampliar la cooperación bilateral en el campo de seguridad y defensa”.
Si Bolivia fuera una democracia ninguno de estos hechos hubieran sucedido. No tienen legalidad, no existe legitimidad, no hay transparencia, son actos de corrupción, no se respeta el interés ni la soberanía nacionales. Es traición a la Patria y entreguismo que corresponden la cronología siguiente: 1.- la visita del canciller ruso del 17 al 21 de Abril de este año al Brasil de Lula, Venezuela, Nicaragua y Cuba; 2.- la visita del Presidente de Irán del 11 al 14 de Junio a Venezuela, Nicaragua y Cuba; 3.- el viaje conjunto de Evo Morales y Luis Arce a Cuba el 1 al 3 de Julio; 4.- los contratos del litio el 5 de julio y el acuerdo militar el 20 de julio.
Es tan evidente la dependencia del régimen de Bolivia del de Cuba que rusos e iraníes no necesitan tratar con la dictadura boliviana y lo hacen pública y notoriamente con el poder central en la Habana. El contexto de la invasión de Rusia a Ucrania, demuestra que el régimen de Bolivia es un apéndice de las decisiones que toma su jefatura cubana. Si agregamos la estrecha relación entre Rusia e Irán, la dictadura de Bolivia ha entregado los recursos estratégicos al consorcio de dictaduras del mundo que amenazan la paz y seguridad internacionales.
El asunto es de extrema gravedad porque aprovechando la inexistencia de estado de derecho, la ausencia de separación e independencia de los poderes públicos, la violación institucionalizada de derechos humanos y libertades fundamentales y la oposición funcional que es parte de este tipo de dictaduras, se falsifican decisiones y se suplanta la voluntad soberana, potenciando las capacidades de agresión de las dictaduras de Rusia, China e Irán por medio de Cuba, convirtiendo el territorio de Bolivia en plataforma de agresión.