OSCAR ELÍAS BISCET,
Una frase aún vigente, muy conocida por los bostonianos y massachusettenses, en particular por los editores del The Boston Globe: “La tiranía es la tiranía venga de donde venga”. Independientemente del sesgo ideológico de los autócratas y sus regímenes, su iliberalidad es condenable por todos los prodemocráticos y sería un motivo de esperanza para el mundo.
The Boston Globe publicó en su ejercicio de libertad de prensa una carta a favor de la flexibilización del gobierno de Estados Unidos (EEUU) con la tiranía totalitaria comunista cubana. Sin embargo, sus lectores no tienen el conocimiento actualizado y verdadero de la situación deplorable y depredadora de los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba.
La política de amoldarse con la dictadura castrocomunista ha sido de larga evolución, promovida por los diferentes gobiernos estadounidenses, distintivo el Partido Demócrata, que tomó su punto más alto con la administración del presidente Barack Obama, 2009-2017, quien con una intensa ilusoria confianza infringe la propia Ley Libertad de 1996, congresional bipartidista, y se inauguraron las sedes diplomáticas de ambos países.
En una sociedad de miedo, las dictaduras buscan la estabilización interna y extrapolan la inestabilidad al exterior para ganar tiempo a las democracias y afianzar sus regímenes tiránicos con la política de coexistencia pacífica de los comunistas. Situaciones donde las democracias financian a las tiranías y se observaron con la Unión Soviética y Europa democrática, el régimen palestino e Israel y Cuba castrista con EEUU de Obama.
En realidad, las políticas de flexibilización y apaciguamientos al estilo Chamberlain con los regímenes tiránicos son un descalabro. En el caso de Cuba-EEUU la alta dirección administrativa confirmó los hechos del fracaso de las buenas relaciones de vencida en las palabras de su canciller John Kerry y el propio presidente Barack Obama.
Desgraciadamente, en Cuba existe graves y flagrantes violaciones de los derechos humanos del pueblo cubano. Dan fiabilidad las instituciones internacionales como Freedom House, Amnistía Internacional, America Watch, Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Alcance Humanitario Cristiano Evangélico para Cuba (ECHO-Cuba) y otras ONGs, que son el núcleo fundamental de las ideas de exposición y condenas que el gobierno de Cuba es enemigo del pueblo cubano.
El régimen castrocomunista en su codicia extrema de poder impuso su único partido y su ideología al pueblo cubano y por ley no se puede cambiar su sistema político ni con el voto de la mayoría de la población. Para evitar el disentimiento político amenaza y amedrenta con la pena de muerte de su Código Penal que registra 24 delitos sancionables y 13 son contra la seguridad del Estado y traición a la patria.
El Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas (ONU) manifestó que el régimen de Cuba viola la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, de los prisioneros políticos y, en especial, los menores encarcelados por manifestarse pacíficamente el 11 de julio de 2021 (11J).
El régimen gobernante en Cuba usa los artículos de la pena de muerte como instrumentos de torturas blandas para infligir graves afectaciones emocionales y psicológicas en los detenidos. Les exponen que serán sancionados por delitos que conllevan años de cárcel hasta la pena de muerte por fusilamiento. El caso más usado en los manifestantes del 11J detenidos es el Artículo 121 de Sedición y en las cárceles cubanas utilizaron como métodos de coacción y torturas las escenas de simulaciones de fusilamientos.
Cuba es un estado policiaco. El adoctrinamiento intelectual y escolar es parte del sistema en el país. La educación a los niños es solo en las escuelas estatales (públicas), otras instituciones, religiosas o fraternidades, no pueden hacerlo e incluso si intentan realizarlo en casa (homescooling), los padres irán presos y pueden perder la patria potestad.
Está prohibido la objeción de conciencia contra las leyes y hacer críticas a las autoridades del país, sea la burocracia o cúpula gobernante. Las multas por estos actos, también la encarcelación. En general los derechos humanos básicos son vilipendiados y censuran la libertad de hablar, de expresión y de prensa, la libertad de reunión y de asociación y un fuerte detrimento a la libertad religiosa.
Qué razón tenía el pueblo de Boston al definir la tiranía, así cada día es el día de juicio. Ahora es público de que la tiranía cubana es enemigo del pueblo estadounidense y que junto a Rusia tienen un mismo enemigo: los yanquis, según el designado mandatario Miguel Díaz-Canel en conversación con Vladimir Putin en Moscú, 2022. Cuba está satisfecha en la fórmula de Putin para la construcción del nuevo Imperio Ruso.