“Chile es un país lamentablemente corrupto y eso se ha demostrado en este gobierno, donde hemos visto que no hay precedentes de este nivel de corrupción, donde el gobierno tiene un mecanismo creado para defraudar al fisco y utilizar este dinero”, asegura Carlos Alberto Andrews, columnista y analista de la Fundación Nueva Mente en entrevista con PanAm Post.
En este momento, la Fiscalía y la Contraloría investigan la aparente corrupción en la administración del presidente de la nación, Gabriel Boric, al indagar sobre el destino de cerca de 150 millones de dólares. Sin embargo, Andrews considera que esta cifra, que ha causado revuelo, por es sólo “la punta del iceberg”.
El experto también destaca que “es bastante frustrante que se hagan estas cosas, sobre todo, cuando son platas que iban a las personas más vulnerables, a la gente de los campamentos, capacitaciones y programas para ayudar a los niños”.
Aunado a lo mecionado anteriormente, Andrews reprocha que Boric y quienes conforman su tren Ejecutivo, el cual ha estado envuelto en una serie de escándalos, como el denominado ‘Jacksongate’ o los traspiés en el seno de la Cancillería, ha quebrado y pisoteado el discurso con el cual el abanderado de Convergencia Social logró hacerse con la presidencia de Chile.
“Llegaron con el discurso de que ellos iban a cambiar la política por ser superiores moralmente hablando, adelantados a la época y resulta que vemos que esta generación resultó ser mucho más ladrona que todos los que los precedieron”.
Además del irregular traspaso de fondos públicos a las organizaciones aliadas del presidente, Andrews también revela que “el gobierno está lleno de amigos familiares. Llegaron diciendo que en Chile nadie iba ganar más de diez salarios mínimos y nunca se bajaron los sueldos continúan ganando sueldos millonarios”.
Por lo tanto, el director de la Fundación Nueva Mente condena que “en Chile estamos con esta tibieza de que no hay cómo tocar al presidente y la verdad es que no están robando a manos llenas”.
Instituciones afectadas
Con un clima político voluble para Boric, surgieron el mes pasado los resultados de la última entrega de la Encuesta Research. Allí se reflejó que 71 % de los consultados cree que Chile es un país corrupto y más de la mitad (54 %) opina que la corrupción aumentará en lo que resta de su mandato.
Son números amargos, tanto como el trago que pasa con sus partidos, por la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado contra el socialista Salvador Allende, evento que también ha levantado costras por su progresiva mutación en el discurso.
Las cifras que mostró el sondeo antes mencionado sumado a los escándalos de corrupción, cada vez más copiosos, robustecen los argumentos de Andrews, quien en esta oportunidad objeta que “con los gobiernos de izquierda se fueron saturando las instituciones. Las han ido saturando de personas que piensan igual a ellos”. Estas palabras fueron determinantes y le sirvieron para establecer una comparación al proceder del nazismo, cuando Hitler tuvo su ascenso al poder.
Al expedirse nuevamente sobre Chile, el analista también recalca que en su opinión, el gobierno de Gabriel Boric es “muy mediocre”. Añade que esto se debe a que “no tienen experiencia laboral. La mayoría son personas que nunca había trabajado en su vida. El Estado le pagó carrera de derecho a Boric en la Universidad de Chile y ni siquiera se tituló”.
Frente a ello, insiste en que “no hay mayor acto de corrupción que aceptar un puesto para el cual no tienen la competencia”, por lo cual considera que el gobierno está bajo el efecto Dunning-Kruger, un sesgo cognitivo que lleva a creer que se tienen habilidades inexistentes.