CARLOS SÁNCHEZ BERZAÍN,
Este 6 de Agosto es el 198 aniversario de la fundación de la República de Bolivia, hoy cautiva de la dictadura que la ha suplantado con el narcoestado plurinacional. El mejor homenaje a la Patria es mostrar el camino para recuperar la libertad, una posible estrategia en 3 etapas para terminar la dictadura: 1.- reconocimiento que Bolivia es dictadura, no hay democracia; 2.- retorno a la democracia con reposición de sus elementos esenciales; 3.- gobierno de transición que restaure la República, cese la impunidad y proponga federalismo y parlamentarismo.
1.- RECONOCIMIENTO QUE BOLIVIA ES DICTADURA.– En base a las elecciones de 2020 el gobierno actual se presenta y es reconocido internacionalmente como democracia, basado en la supuesta “legitimidad de origen” que le dio el resultado electoral, sin permitir investigar las denuncias de fraude, porque los candidatos de oposición y el gobierno interino reconocieron ganador a Luis Arce, el candidato del dictador Evo Morales que había renunciado y huido del país.
Lo señala la dictadura es que el gobierno no tiene “legitimidad de ejercicio” porque en Bolivia no existe ninguno de los elementos esenciales de la democracia establecidos por el artículo 3 de la Carta Democrática Interamericana:
1.1.- No hay respeto a los “derechos humanos ni a las libertades fundamentales” porque existen más de 280 presos políticos, siendo los más notorios la ex presidenta Añez, el Gobernador de Santa Cruz Camacho, el cívico Pumari, ex miembros de mandos militares y policiales, jóvenes, mujeres y hombres de todo el país, sometidos a tortura.
1.2.- No existe “estado de derecho” porque la ley en la Bolivia de hoy viola los derechos en lugar de protegerlos, como lo prueba el texto de la constitución plurinacional que ha dado fin a la irretroactividad de la ley y el voto universal entre otros, además de múltiples “leyes infames” que violan los derechos humanos.
1.3.- No hay “separación ni independencia de los poderes públicos”, porque -entre otras cosas- el sistema de justicia es una dependencia de la dictadura con la que han judicializado la persecución política, ejercen terrorismo de Estado y garantizan la impunidad de los miembros de la dictadura. El Poder Legislativo es solo parte de la simulación de democracia. Es copia de Cuba expandida en Venezuela, que prueba además el sometimiento y entreguismo de la Patria a poderes extranjeros y la condición de dictadura no nacional.
1.4.- No es posible “la celebración de elecciones libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía popular” porque el padrón electoral está falsificado con el incremento de votantes en desproporción al crecimiento de la población; porque el régimen ha impedido el censo nacional mandado por ley, atropellando a sus defensores como el Departamento de Santa Cruz; porque las autoridades electorales están sometidas al régimen y no son imparciales; porque el sufragio universal ha desaparecido con la constitución plurinacional que elimina la igualdad de los ciudadanos.
1.5.- No existe “el régimen plural de partidos y organizaciones políticas” con más de 8.000 exiliados políticos, presos y perseguidos, acosados e inhabilitados. Lo que sí existe es la “oposición funcional” compuesta por políticos y partidos asociados al régimen que sostienen la farsa de la apariencia de democracia por corrupción e impunidad.
2.- RETORNO A LA DEMOCRACIA CON REPOSICIÓN DE SUS ELEMENTOS ESENCIALES.- Si Bolivia fuese una democracia como se falsifica y publicita, el camino para cambiar el gobierno sería el de las elecciones. Si Bolivia es una dictadura, lo que corresponde es el retorno a la democracia con la restauración de sus elementos esenciales cuya inexistencia está demostrada. En dictadura el pueblo tiene “el supremo derecho de la rebelión contra la tiranía y la opresión” como apunta la Declaración Universal de Derechos Humanos.
La historia muestra que Bolivia ha sabido salir de las dictaduras. El medio deseable es un proceso de transición para el que se necesita primero aceptar que hay dictadura y luego la normalización de las condiciones mínimas de democracia.
3.- GOBIERNO DE TRANSICIÓN.- El propósito de la oposición verdadera, es llegar al poder por elecciones. Sin la vigencia plena de los elementos esenciales de la democracia no hay esa posibilidad y las elecciones se reducen a una farsa, una estafa que he definido como “dictadura electoralista” en la que “el pueblo vota pero no elije”.
Todos los dictadores del socialismo del siglo 21 en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua saben que en elecciones democráticas pierden y si eso sucede se acaba la impunidad y terminan condenados y presos. Por esto, un candidato único de la oposición verdadera deberá ganar las elecciones de 2025 en Bolivia, con el resumido plan de gobierno de “restaurar la República, cesar la impunidad y permitir que el pueblo opte por el federalismo y el parlamentarismo”.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy
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