La Plataforma Regional de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes, también conocida como R4V, actualizó el jueves las cifras sobre la emigración venezolana, cifrando en 7,71 millones el número de personas que han salido del país en los últimos años, tras el ascenso a la presidencia de Nicolás Maduro y la consolidación del chavismo en el poder.
La R4V informó que entre mayo y agosto de este año 390.000 nuevos migrantes salieron de la nación caribeña, lo que permite inferir que una parte importante de los venezolanos aún desestima la posibilidad de que sus condiciones de vida mejoren en un futuro próximo marcado por bajos salarios, una alta tasa de inflación, carestía de servicios públicos y un elevado grado de represión a la disidencia política.
De esta cifra, el 84% de las personas que dejaron Venezuela se ha establecido en países de Iberoamérica, asentándose principalmente en Colombia (donde hoy por hoy hay casi 3 millones de venezolanos), Perú (1,5 millones), Brasil (477.000), Ecuador (474.000), Chile (444.000), Argentina (220.000), República Dominicana (124.000) y México (113.000).
Sin embargo, la organización alega que incluso el registro puede estar dejando por fuera a migrantes que están en situación irregular, puesto que para construir su base de datos echan mano de las solicitudes de asilo de cada país, así como la suma de registros que estos tienen de venezolanos que están allí bajo el estatus de refugiados o asilados. «Como muchos gobiernos no toman en cuenta a venezolanos sin estatus migratorio regular, es probable que el número total sea más alto», alertan.
Venezuela sigue azotada por una crisis económica que hace que los precios de bienes y servicios de consumo cotidiano se incrementen rápidamente. El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) publicó esta semana números de la inflación anualizada, que alcanzó un 422% entre agosto de 2022 y el mismo mes de 2023, siendo el indicador más alto para este período de cualquier economía de la región y del mundo.
A la par de esto hay que tener en cuenta que la nación caribeña tiene actualmente el salario mínimo más bajo de la región (en torno a unos 5 euros por mes), en un contexto económico que se ha decantado hacia la dolarización de los precios, pero en donde grandes capas de la población no tienen manera alguna de acceder a bienes y servicios, quedando a merced de los programas de ayuda propiciados por el Estado chavista.
Hace justamente un año la propia Organización de Naciones Unidas (ONU) reportó que la crisis humanitaria venezolana se contaba en torno a los 6,8 millones de migrantes, con lo que su cifra era similar a la arrojada por el conflicto entre Ucrania y Rusia y ligeramente superior incluso a la que deja el ya añejo conflicto en Siria.
Si se tiene en cuenta que el último censo oficial, realizado en 2021, arrojó que el país sudamericano tiene 28 millones de habitantes, las cifras de R4V hablan de que Venezuela ha visto emigrar en estos años a más de un cuarto de su población total.
A la luz de estas cifras es evidente que, aunque en teoría se realizarán elecciones presidenciales el año próximo -y ello podría suponer una posibilidad de cambio de Gobierno- buena parte de los venezolanos no ven con demasiado optimismo los hipotéticos comicios, por lo que se han decantado por salir del país a buscar futuro en otras naciones. Todo ello en un contexto en el que a través de mecanismos fraudulentos Maduro podría terminar siendo «reelegido» y quedarse en el Palacio de Miraflores seis años más, aún siendo altamente impopular.