WASHINGTON.- El senador estadounidense Marco Rubio instó a la Administración de Joe Biden a mantener las sanciones económicas al régimen de Nicolás Maduro en el contexto de la visita que realiza el dictador venezolano a China y en la que firmó más de 30 acuerdos de cooperación con el gobierno de Xi Jinping.
En una carta que envió al secretario de Estado, Antony Blinken, y a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, Rubio no solo pidió mantener las sanciones a Venezuela, también solicitó que EEUU aplique sanciones a las entidades chinas que le brindan fondos al régimen de Maduro.
El senador indicó que Maduro y Jinping se reúnen en Pekín para asegurar el financiamiento del régimen chavista y declarar una asociación entre sus regímenes. Consideró que el gobierno de Biden no puede seguir otorgando concesiones ni ceder a las absurdas exigencias de los progresistas de extrema izquierda que presionan para que se levanten las sanciones en contra del narcorégimen en Venezuela antes que haya elecciones libres y justas.
«La mala gestión política y económica del régimen venezolano ha provocado la mayor crisis de refugiados del mundo, que ha llevado a más de 7 millones de venezolanos a huir de su tierra natal. Para empeorar las cosas, el narcorégimen continúa financiando organizaciones terroristas en Colombia, además de fomentar la inestabilidad y servir como patrocinador de una importante red internacional de narcotráfico que contribuye a la creciente epidemia de opioides en nuestro país”, subrayó el senador.
Y remarcó: “cualquier sanción que beneficie al régimen venezolano, así como a PDVSA, la producción o el refinamiento de petróleo, o el flujo de dinero chino al régimen de Maduro, es una amenaza directa contra los intereses de seguridad nacional de EEUU y la seguridad y el bienestar de nuestra región. Esto abriría otra puerta para que China aumente su influencia económica y militar en nuestro hemisferio y socavaría las perspectivas de un retorno al orden democrático en Venezuela”.
Y es que un alto cargo de la Casa Blanca confirmó el interés de Estados Unidos en negociar con el régimen de Venezuela e incluso de levantar las sanciones impuestas al país latinoamericano siempre y cuando se garantice que haya un proceso de elecciones libres.
«Sí. Tenemos conversaciones en ciertos temas necesarios con ellos, pero nuestro enfoque es apoyar el esfuerzo de la Plataforma Unitaria, que ha presentado un calendario electoral muy sensato y pragmático», afirmó el director del Consejo de Seguridad Nacional para el Hemisferio Occidental de la Casa Blanca, Juan González, en una entrevista con la cadena alemana Deutsche Welle.
Sociedad «total» con Maduro
Este miércoles, China intensificó su apoyo a Maduro con la firma de 31 acuerdos de cooperación en materia de desarrollo económico, industrial, de salud y en minería, entre otras áreas.
«Esta relación virtuosa, modélica, que supimos construir, ahora se va a acelerar y expandir en los años que están por venir”, dijo Maduro en una alocución al cierre del encuentro de la Comisión de Alto Nivel China-Venezuela realizado en Pekín. «Aquí está la base en los documentos que vamos a firmar, 31 documentos de trabajo, de compromiso, de acción”, agregó.
China es un aliado incondicional del régimen venezolano en medio de la severa crisis económica que azota al país sudamericano y las sanciones impuestas por Estados Unidos en procura de impedir que el régimen chavista pueda realizar transacciones financieras y comerciales en el extranjero, acceder a activos internacionales de Venezuela y realizar operaciones con petróleo, oro u otros activos.
Casi ocho millones de personas abandonaron Venezuela en busca de mejores condiciones de vida. El año pasado, el gobierno de Joe Biden alivió parte de esas sanciones.
Desde el 8 de septiembre Maduro está de visita oficial en China, la quinta que realiza desde que llegó al poder en 2013, tras la muerte de su mentor Hugo Chávez.
Maduro también se reunió este miércoles con su homólogo chino, Xi Jinping, quien anunció que ha elevado formalmente la categoría de su relación diplomática con Venezuela a una sociedad “total”, una etiqueta reservada a muy pocos de sus socios.